Hoy es Halloween y luego de muchas súplicas por parte de Vivían. Finalmente acepte ir al parque de atracciones al que fui cuando era niña.
—¿Por donde empezamos?— Le pregunté a Vivían, la cual estaba agarrada del brazo de mi hermano.
Mariano agarro mi mano sonriendo y besó mi mejilla. Me sonroje y el también, aunque trató de ocultarlo mirando hacía otro lado.
—Pensaba arrancar en esa atracción de allá —Dijo el apuntando a la derecha, mire y tenía un letrero muy grande.
¿Que nos motiva?
Ven a motivarte a hacer cosas que jamás creíste que podrías hacer
—Esta bien —Acepte aunque tenia un mal presentimiento, pero el nombre llamaba la atención.
Mi novio me jaló muy emocionado hacían la atracción y tanto Bruno como Vivían iban detrás de nosotros. Ambos se veían súper tiernos, caminaban abrazados y se veían con mucho amor.
Cuando entramos vimos a una señora de unos cuarenta años, bonita y con un lindo tono rubio rojizo en el cabello. Esa mujer debió ser muy hermosa en la adolescencia, aunque ahora lo sigue siendo. Unas chicas estaban sentadas en unas sillas delante de ella.
—Bienvenidos soy Jimena, siéntense en esas sillas —Hablo sonriente la mujer apuntando a las sillas detrás de las chicas.
Vivían y Bruno se sentaron justos, yo me senté junto a mi hermano y mi novio junto a mi. Ya me preguntaba de que trataría este taller, claro está que no es una atracción sino más bien un taller de motivación.
—Bienvenidos a "¿Qué nos motiva?". Primero hablaremos de la motivación y ya luego haremos unos juegos para que luego puedan irse a disfrutar del festival —Tenía una sonrisa grande con unos dientes blancos y parejos. Era una mujer que causaba mucha envidia.
—Primero, ¿Alguien sabe que es la motivación? —La primer chica tenía el cabello pelo verde claro y levanto la mano emocionada.
—Dime tu nombre y tu respuesta — La señalo la mujer
—Me llamo Lucía. La motivación es ese algo que nos impulsa a hacer una acción determinada, yo detesto cuidar niños pero lo que me motiva a hacerlo es el dinero que la señora me paga por cuidarlos —La señora Jimena sonrió complacida, aunque era una respuesta muy obvia. No hablamos porque no nos animábamos, pero era algo que todos sabíamos.
—Esta muy bien tu definición. ¿Tu como te llamas? —Me sorprendí cuando vi que la señora se dirigió a mi.
—Julieta —Hable segura y ella sonrió.
—Dime que es lo más importante para ti en la vida —Lo pensé varios minutos, aunque la respuesta era obvia.
—Mi celular —Ella se puso la mano en la cara susurrando algo de "estos jóvenes de hoy".
—Haremos un experimento. ¿Podrías darme tu celular? —Asentí dudosa y lo saque de mi cartera para dárselo.
Ella lo colocó en la punta de una caña rara y luego me hizo levantar para atar la caña a mi cintura, el celular estaba frente a mi rostro pero mis manos no lograban alcanzarlo.
¡¡Maldición!!
—Tu celular será confiscado, si quieres que se te devuelva entero tendrás que atraparlo y sino será metido en ese vaso de agua —Apuntó a un gran vaso que descansaba en la punta. Eso es imposible, no puede hacer eso. No creó que quiera que la demande por romper propiedad ajena.
—Solo tienes que correr tras el hasta que lo atrapes —Miré a mi novio y él estaba aguantando la risa. Vivían parecía calmada y Bruno me guiñó el ojo. Malditos traidores.
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Amor de Hermanos
Teen FictionJulieta y Bruno son mellizos, inseparables con un lazo único que los une: un sentimiento llamado «amor». Pero la adolescencia, rompe ese lazo inseparable. Convirtiéndolo en odio, y en una guerra interminable. Ambos hermanos, comienzan una pelea por...