8. Visitante Inesperado

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Me sentía bastante frustrada, últimamente dedico mi tiempo a divagar. Ayer fue mi cumpleaños pero no se sintió como si realmente lo fuera, no es como si fuera un día demasiado importante para mi, solo es un día mas. Yo solo puedo pensar en mi hermano, no le importo mucho este día y se que agoto a veces con este tema, pero la verdad es imposible olvidarlo.

Realmente creía que mi hermano siempre sería la única persona que nunca me mentiría, siempre fue así, siempre fuimos uno solo, aunque el solo se encargo de destruirlo todo. No quiero darle mas vueltas al asunto, la verdad es que hay cosas que en este momento me preocupan más, que el hecho de que a mi hermano no le importara mi cumpleaños.

Estaba sentada en un banco, buscaba trabajo, la verdad si me siento muy molesta y no se realmente si quiero ayudar a mi hermano. Pero mas haya de todo es mi hermano y no descarto la idea, un trabajo no me vendría nada mal. Pero esta complicado, nadie quiere contratarme, o soy muy joven o muy inexperta, a la gente no le sirve nada.

—Juli ¿Esta todo bien? — Escuche una voz, al girarme pude apreciar el rostro tranquilo de Fede.

—Estoy bastante estresada Fede, no consigo trabajo por ningún lado y aunque quiero conseguirlo, algo dentro de mi no quiere. Tengo muchos sentimientos encontrados —Era la primera vez que me sentía de esa forma, era la primera vez que dudaba en ayudar a alguien que realmente quería.

—Yo te puedo ayudar, tengo un tío que tiene una cafetería y necesitan meseros —Sonrío Fede dándome ánimos, el siempre esta ahí animándome y ayudándome, creo que debería cambiar de hermano con Anto.

—Aun no estoy muy segura, lo pienso y te digo —Lo abrace y me fui algo pensativa. ¿Esto será lo correcto o solo es un error? ¿Que hago con mi vida? Solo soy una estudiante.

Es mi hermano y no puedo dejarlo solo, tengo serias dudas de que mi madre vaya a hacer algo para ayudar, el solo me tiene a mi, esto no es un perdón, solo un "eres mi hermano y te amo". Mientras divagaba en mi estúpido mundo interno, vi una cafetería y decidí entrar, capaz ahí me sacaba el humor de perros que traía.

Me senté en una mesa vacía y un chico se acerco a mi, no sonreía, parecía obligado a trabajar. Pero solo basto una mirada del supervisor, para que el chico cambiara su rostro a uno mas amable y sonriente, que duro debe ser tener que sonreír todo el día como si te hubieras drogado.

—Bienvenida joven ¿Quiere pedir algo? —Su voz sonaba amable como el terciopelo, era bastante cálida aunque se notaba que era forzada.

—Claro, quiero un Capuchino y unas empanadas de jamón y queso —Le sonreí amablemente devolviendo el menú que minutos antes me había dado.

—Pero que problemático —En eso veo entrar a una chica morocha con un buzo de ¿unicornio? Se veía algo desorientada, pero como vi que no había mesas libres le llame la atención. No es como si me molestara compartir la mesa.

—Hola— Me dijo ella sonriendo.

—Hola, me llamo Julieta. Puedes sentarte si quieres ¿Como te llamas? —Le sonreí de forma amable, la chica parecía bastante pérdida pero lucia muy linda, parecía salida de una revista asiática.

—Me llamo Honoka. ¿Estas bien? Pareces preocupada —Ella parecía preocupada, me enterneció, no es común que alguien se preocupe por una total desconocida.

—Si, digamos que tengo algunos problemas. Nada que no se pueda resolver — Ella me observo detenidamente, cerro los ojos y sonrío.

—A mi me encanta ayudar, ¿Me quieres contar? —Me observaba detenidamente, y aunque yo no soy una persona que ame contarle mis cosas intimas a los desconocidos. Sabia que en este momento necesitaba un consejo y a lo mejor una chica que recién conozco y usa una extraña blusa de unicornio, era quien podía ayudarme.

Cuando fui a abrir la boca para hablar, el mesero llego con mi pedido y tras ponerlo en la mesa, se puso a tomar el pedido de la dulce chica frente a mi. Pasado un rato, el se fue y ella se volteo para verme. Es ahora o nunca Julieta, cuéntaselo, que tan malo puede ser.

—Tengo un hermano mellizo, solíamos tener una buena relación en el pasado pero hoy es distinto, ya no nos llevamos muy bien —Tome otro sorbo de mi capuchino— El se comporto muy mal conmigo, me rompió el corazón. Aunque ahora resulta que las cosas están absolutamente peor que antes —Ella parecía procesar mi historia y yo me dispuse a acabarme mi capuchino.

—¿Que paso? —Preguntó con curiosidad, pensé varios minutos y al final opte por contarle el resto

—Al parecer esta enfermo y necesita una operación, la cuestión es que es muy costosa y no tenemos el dinero para pagarlo. Pensé en conseguir un trabajo para ayudarlo, pero una parte de mi esta muy resentida con el —Me tomé la cabeza con las manos y la chica frente a mi, se dispuso a pensar.

—No se sobre la hermandad, pero considero que tienes que hacer lo que te parezca correcto, ósea te pregunto ¿Quieres ayudar a tu hermano o dejarlo solo? Esa es tu decisión y lo que decidas estará bien porque es tuya —Ella parecía muy contenta y estaba segura que me había dado el consejo correcto, la verdad yo también.

—Gracias por el consejo —Me levante al instante— Gracias Honoka, haces un gran trabajo ayudando a la gente —Ella se sonrojo y me saludo con la mano

Me fui corriendo del lugar, no se si volveré a ver a esta chica pero me ayudo muchísimo, espero que nuestro encuentro se repita algún día. Tomé mi celular, busque el número de Fede y le envíe un mensaje.

Julieta: Hola Fede, quiero el trabajo. Por favor recomiéndame lo antes posible

No se que pasará ahora, solo se una cosa; amo a mi hermano y yo no soy igual a el. Lo ayudaré porque así me lo dice mi corazón. Espero no estar equivocándome y que esta sea la mejor decisión que pude haber tomado.

 Espero no estar equivocándome y que esta sea la mejor decisión que pude haber tomado

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Amor de HermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora