22. Reconciliación

629 35 0
                                    


Abrí mis ojos y estaba en una habitación blanca, mis brazos estaban entumecidos y mis ojos tardaron en acostumbrarse a la luz del día que se asomaba por la ventana.

Me dolía la cabeza y la espalda, mire a mi lado y Bruno estaba sentado mirándome asustado. Tramposamente se acercó a mi al verme despierta.

—¿Cómo te sientes Juli? —Su mirada reflejaba preocupación, hace mucho no veía esa emoción en sus ojos al verme. Lo sentía presente, después de tanto tiempo el estaba ahí conmigo.

—Estoy bien, con un poco de dolor en la cabeza —Estaba cansada, me dolía mucho la cabeza. Tenía un mareo fuerte, pero no quería preocupar a mi hermano.

—Tenemos un problema Juli —Llevó su mirada al suelo y se colocó la mano derecha detrás de la nuca mientras se pellizcaba.

¡Eso lo hace cuando está nervioso!

—¿Qué ocurre ahora? —Mi voz sonó molesta, es que a mi manera lo estaba. Mi hermano estaba actuando extremadamente raro hace días.

—Mamá se entero que estas acá y vendrá en la noche —Me miro a los ojos y sonrió. Me sentí molesta y frustrada. Lo último que deseo es ver a esa mujer.

—Lo único que nos faltaba es que esa venga con nosotros —No me sentía mal por odiarla, ella se ganó mi rechazo.

Tengo mis motivos para tratar de forma despectiva a mi mamá, lo principal es que ella jamás fue una madre para nosotros.

Desde que papá nos abandonó, se sumió en su mundo de trabajo y ya simplemente no volvió a ser la misma madre que solía ser antes. Nos descuido y eso fue una de las cosas que hizo que nuestra hermandad se acabará

Solía pensar que esa mujer no era buena para nadie, aunque tal vez estoy siendo algo rencorosa y en realidad yo soy así. Mamá fue la causante de que su matrimonio fallara en el momento en que rompió su promesa de fidelidad y luego simplemente nos hizo a un lado. Vivimos solos, sin ningún padre presente. Éramos nosotros contra el mundo porque ellos nos abandonaron.

—Juli ¿Podríamos hablar de nosotros? —Mi hermano me sacó de mi ensimismamiento. Parecía nervioso y aunque hace mucho lo perdoné por lo que me hizo, necesitaba hablar con él. Ambos lo necesitábamos.

—¿Nosotros? —Pregunté haciéndome la confundida

—Si, me gustaría hablar sobre porque nosotros terminamos así, odiándonos —En el fondo quería hablar de esto, aunque no pareciera. Quería entender lo que pasaba por su mente en ese momento.

—Esta bien, hablemos —Me encogí de hombros, ¿Qué daño puede hacernos esto? Ninguno, creó que es una posibilidad que tenemos de recupérenos.

—¿Empiezo yo o tu? Digo a contar lo que ocurrió cuando comenzamos en la secundaria —Se sentó en mi cama mientras entrelazaba sus manos nervioso.

—Comienzo yo —Respire lentamente y empecé a recordar el pasado.

—Hacía poco había regresado a cada y habíamos estado separados por bastante tiempo. Estaba muy emocionada de verte y aunque ese día no pude. Esperaba la mañana para abrazarte —El evito mi mirada mientras hablaba, pero me miró en cuanto pausé.

—Me fui a dormir y al otro día tu me recibiste con un gran abrazo, y un nuevo look. Me sorprendiste cuando vi lo guapo y sorprendente que te veías. Supe al instante que serías popular.

Fuimos juntos como solía pasar y pensé que eso nos acercaría más, pensé que toda esa estupidez de las peleas que teníamos acabaría al fin pero me sorprendiste; cuándo te preguntaron si me conocías y dijiste que no, eso me rompió el corazón en mil pedazos y jamás pensé que eso pasaría. Es irónico que mi primer corazón roto fue por mi hermano.

Amor de HermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora