Julieta y Bruno son mellizos, inseparables con un lazo único que los une: un sentimiento llamado «amor». Pero la adolescencia, rompe ese lazo inseparable. Convirtiéndolo en odio, y en una guerra interminable.
Ambos hermanos, comienzan una pelea por...
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4 años después
En ese entonces mi hermano y yo éramos niños de secundaria, pero nuestra hermandad estaba en aumento.
Les contaré cuál fue la mejor Navidad de mi vida. Teníamos trece años y yo me había levantado con hambre así que fui a comer, cuando mi mamá nos dijo que no pasaría con nosotros la navidad.
¿Por qué? Fácil, viajaba a trabajar a Miami; un congreso o algo así, la cuestión fue que mi hermano y yo quedábamos solos.
Se hizo la noche y la verdad me sentía algo triste, había ahorrado mucho para comprar regalos navideños y mamá había decidido irse y nuestra hermana mayor. No mostraba signos de existencia y menos Agustín y Andrés.
Tengo tres hermanos mayores por si no lo mencioné; Nicole, Agustín y Andrés. Ellos son trillizos, si lo sé mamá tuvo embarazos numerosos.
—Juli, wey no mames ven —Abrí grandes los ojos ¿Qué dijo ese chico?
—Bruno, no digas esas cosas feas —Me abrazo y se rió.
—Ayúdame a servir la mesa wey —Dijo molesto, le golpeé el hombro. Odio que hablé así.
Agarré cubiertos y dos platos para ponerlos en la mesa, mamá se fue en cuanto acabo de cocinar y con mi hermanos, nos sentamos a comer.
Luego miramos una película abrazados en el sillón, finalmente le di su regalo y el me entrego el mío.
Le regale un reloj, era algo barato y económico. No quise pedirle a mamá y preferí usar mi mesada. El le regalo un vestido bonito, supongo que lo usaré en el cumple de Antonella.
Seguimos abrazados un rato hasta que tocaron la puerta, al abrir vimos a los trillizos que nos abrazaron. Ellos tenían veinte años y cursaban su primer año de Universidad.
Los cinco nos quedamos viendo películas, jugamos al bancario y salimos a ver los juegos artificiales, para luego quedarnos dormidos en el piso, uno sobre otro como una montaña humana.
La mejor navidad de mi vida, la pase sin mamá. Con todos mis hermanos, que más podía pedirle a la vida.
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