Fui al liceo con bastante entusiasmo, tendría mi primera cita con Mariano. Se que es un poco idiota de mi parte emocionarme tanto, más cuando dije e lo olvidaría. Pero soy estúpida, admitámoslo.
Las clases pasaron realmente lenta y me sentía algo cansada. Me agobian mucho las clases, porque siempre tengo las materias más pesadas a las últimas horas. Sólo quiero regresar a casa y dormir pero no puedo.
Me puse la ropa de Facundo y salí rumbo a la cafetería. Hoy tenía que trabajar duro si quería salir antes. Esa es la realidad, normalmente tu turno acaba cuando atiendes tus clientes. Pero si no trabajas acordemente, debes quedarte más tiempo.
—Al fin llegas Juli, el jefe está furioso —Murmuró Peter nervioso, pensé lo peor en ese momento.
¿Me habrá descubierto?
Nunca fui una persona de rezar, pero en ese momento recé porque mi jefe no supiera la verdad. Estaba muerta si eso pasaba, realmente muerta.
—¿Qué paso? —Pregunté nerviosa
—El jefe ya sabe que eres una mujer, no preguntes como lo supo porque ni idea. Quiere hablar mañana contigo sin falta, pero por ahora debes trabajar —Dijo con seriedad, lo que me temía pasó. Mi jefe acabó de descubrirme.
—Qué mierda, no entiendo como se enteró —En lo único que podía pensar, era en que mañana debía contarle todo y rezar porque me dejé conservar el trabajo.
—Dale vamos a trabajar, no queremos que el jefe te eche hoy —Puso su mano en mi espalda y me llevó hacia nuestra mesa de trabajo. Me puse el uniforme y me preparé para un día largo.
Comencé a servir parejas y sonreír como retrasada, Peter estaba seguro que mi sonrisa era hipnótica y que enamoraba a las personas que la veían. Yo sólo les decía que estaba loco.
Al rato levanto mi mirada y me topó con Mariano y esa chica Paris. No me molestaba que él estuviera ahí, yo estaba cambiada y no creía que fuera a reconocerme. Pero me molestaba la idea de verlos juntos cuando se supone que me invitó a salir.
—¿Qué hace ese wey acá? —Le pregunté a Peter, él miró a la mesa que apunté y parecía confundido.
—Este bar es para chicas pero los chicos también vienen a comer —Me empujó para que los atendiera. Pero me negué, me alejé de ellos.
—No puedo hacerlo Peter, tendré una cita con el. Va a reconocerme —El me miró con algo de pena y al final tomó mi menú.
—Yo los atenderé, tu mantente por haya —Me alejé un poco mientras Peter caminaba hacía ellos.
—Hola soy Peter, yo seré su mesero. Pueden pedir lo que deseen —Amaba la manera en la que Peter se comunicaba con los clientes.
Dejé que los demás trabajaran y me acerqué un poco para oír lo que ellos hablaban. Estaba muy molesta, cómo podía traer a esta chica a la cafetería. Se que no tengo razones para estar celosa, pero lo estoy y mucho.
—Sólo quiero un café —Le sonrió Mariano y Peter asintió anotando en una libreta.
—Quiero un té de manzanilla —Habló Paris y él asintió para anotarlo en la libreta, miré a esa chica; hermosa, femenina, ojos claros. Toda una belleza
—FACUNDO —Gritó el supervisor molestó, Mariano y todos los demás me miraron pero yo me volteé a mi supervisor.
—Si señor —Dije mirándolo avergonzada
—¿Vagoniando en horario laboral? Hoy te quedarás dos horas más —Asentí y me fui rápido a trabajar, no quería que agrandara mi horario y ya no pudiera salir con Mariano.

ESTÁS LEYENDO
Amor de Hermanos
Teen FictionJulieta y Bruno son mellizos, inseparables con un lazo único que los une: un sentimiento llamado «amor». Pero la adolescencia, rompe ese lazo inseparable. Convirtiéndolo en odio, y en una guerra interminable. Ambos hermanos, comienzan una pelea por...