Perpendiculares ©

¿Libre?

Natasha se levanta temprano y al ver que sus amigos siguen dormidos decide salir antes de que la interroguen, no es como que no pueda mentirles pero no tiene ganas de dar explicaciones.

Cuando llega a su destino entra a la tienda y ubica de inmediato a la persona que ha ido a buscar.

—Hey...

James se gira a verla con una caja llena de discos entre sus brazos.

—Oh hey...

— ¿Estas muy ocupado?

—Pues sí, en realidad algo.

—Bien, pues desocúpate necesitamos hablar.

—Disculpa pero no es como que pueda dejar mi trabajo solo porque tú necesitas hablar conmigo.

Natasha rueda los ojos y suspira molesta.

—идиот —murmura Natasha.

—No me llames así.

La pelirroja lo mira con algo de sorpresa.

—Hablas ruso —dice en tono afirmativo.

James deja la caja que carga en el suelo y se recarga abruptamente en la pared.

—Yo... ¿Eso fue lo que hablaste?

—Bueno si y me entendiste.

—Me llamaste idiota.

—Y lo volveré a hacer si no me dices lo que pasa.

—No sabía que... podía entender ruso.

—Oh cielos, de verdad no recuerdas absolutamente nada ¿Esto no debería ser algo que las personas a tu alrededor debieron decirte? no se quizá tus padres, algo así como, bien hijo sabemos que perdiste la memoria pero debemos informarte unas cosas antes, la primera, hablas ruso.

—Si mis padres me hubieran informado de cosas no estaría aquí en primer lugar y nada fuera tan complicado.

—Bueno, debemos hacer que las cosas sean menos complicadas ¿Vas a venir conmigo o tendré que sacarte de aquí a la fuerza?

— ¿De qué quieres hablar de todos modos?

—Es sobre Steve.

—Oh...

—Si ¡oh!

—Pediré un descanso.

—Ya era hora.

En otro punto de la ciudad Steve se levanta deseando no tener que hacerlo, pero prometió ayudar a Sam a comprar algo para el cumpleaños de su novia así que debe prepararse. Antes de que pueda comenzar su celular lo hace volver a la cama para poder responder, lo hace sin siquiera ver de quien se trata.

— ¿Diga?

—Buen día grandote.

—Tony... Buen, buen día.

—Es noche para mí en realidad pero eso no importa ¿Cómo estás? Sé que dije que llamaría antes pero la verdad las cosas aquí no están nada sencillas.

—Descuida yo... yo estoy bien.

—Claro, me alegra escuchar eso... después de tu llamada desesperada y luego que volvieras a llamar cancelando todo...

—Escucha Tony, lo siento. No estaba pensando con claridad.

—Oye está bien. Digo porque pensar en dejar todo y venir conmigo es no pensar con claridad por supuesto.