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Vecinos

Luego de unos días después de lo ocurrido con James, Natasha y Steve se encuentran en el departamento esperando a que Sam salga de su habitación para que todos puedan irse.

— ¿A dónde vamos de nuevo?

— ¡Ugh Steven! Ya te dije como por quinta vez que vamos a la fiesta de cumpleaños de la hija de un amigo de Clint.

—Duda —dice Sam saliendo de su habitación—. Dos dudas en realidad... Primera ¿Me veo gordo con esta camisa?

Natasha pone los ojos en blanco.

—El azul te queda bien Sam —responde Steve con calma.

—Eso era lo que quería escuchar, gracias Steve... ahora segunda duda ¿Por qué debemos ir nosotros a la fiesta de cumpleaños de esa niña?

—Por qué Clint nos invitó, habrá pastel y ninguno de los dos tiene nada mejor que hacer.

—Me convenció lo del pastel, pero déjame decirte que claro que tengo cosas que hacer... el hecho de que mi novia este fuera de la ciudad no significa que ande como un perro sin dueño.

— ¿Por eso me acompañaste el día de ayer al centro comercial todo el día?

— ¡La extraño mucho! —grita Sam con dramatismo cubriéndose el rostro—. ¡Díganle que vuelva!

—Oh dios mío, solo vámonos y ya.

—De acuerdo, quiero llegar temprano, quizá pueda pegarle a la piñata.

Sam comienza a dar saltos de emoción hacia la puerta.

—Comienzo a pensar que esto es una terrible idea.

—Tú insististe —le responde Steve—. Yo solo estaré ahí por apoyo emocional.

—Gracias, voy a necesitarlo mucho.

El trio maravilla se dirige a un pequeño pero lindo salón de fiestas en el centro, todo está adornado con globos y se pueden escuchar las risas de los niños por todo el lugar.

—Ok, esto es demasiado... me voy.

Sam comienza a irse pero Steve lo detiene.

—No juzgues con rapidez, puede ser divertido.

—Ahí está Clint —anuncia Natasha.

Ambos se giran a ver al recién nombrado quien juega tranquilamente con una niña que parece muy emocionada de que él le esté enseñando a tirar dardos a la diana frente a ellos.

Natasha sonríe con algo de melancolía y Steve lo nota de inmediato.

—Vamos con él —incita a su amiga, ella solo asiente y comienza a camina hacia él.

—Hola —saluda Natasha cuando por fin están cerca.

—Hey, hola —Clint se acerca para dar un ligero beso en sus labios—. Qué bueno que pudieron venir.

—Según Natasha no teníamos nada mejor que hacer, yo dudo eso y aun no sé qué hacemos aquí.

—Están aquí por mi cumpleaños —habla la pequeña niña con la que Clint hasta hace unos segundo estaba jugando.

—Ella es Cassie, la cumpleañera.

— ¿Cuántos cumple? ¿Tres? Luce como una hormiga.

— ¡Sam! —le grita Natasha.

— ¿Tu que tienes? ¿Cien? —le pregunta la niña con suspicacia.

— ¡Oye no...!

—Sam y yo vamos a buscar una mesa —dice Steve empujando a Sam lejos de ahí—. Feliz cumpleaños amm... Cassie.