Causa y efecto

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Hola antes de iniciar quisiera decirte que hay una nota al final de este capitulo que me encantaría que leyeras, en fin no molesto más, disfruta. 

Un día antes de la llama de Wanda a Steve.

James se encuentra solo en su habitación leyendo una y otra vez el diario que ahora posee los pocos recuerdos que tiene de un pasado a un extraño para él. Sintiéndose completamente frustrado ¿Cómo es posible que su mente le hiciera eso? ¿Tan malo había sido para merecer semejante karma?

La respuesta para él es sí, siempre sí. Después de todo él había provocado la muerte de dos personas que aunque no conoció jamás, sabe muy en el fondo que el daño a sus familias había sido irreversible. Lo cierto es que James jamás pensó mucho en eso, nunca se había dejado de sentir culpable pero también sabía que no había nada que pudiera hacer al respecto.

Pero ahora está enojado, no solo consigo mismo si no con sus padres ¿Por qué había ocultado tantas cosas? ¿Por qué de esa manera? ¿Por qué eran tan crueles? No tiene respuesta para ello, pero sabe que sentado en ese habitación no obtendrá nunca una respuesta.

Así que toma la chaqueta que Wanda le regalo la navidad anterior y se la pone para salir.

— ¿James? ¿A dónde vas? —le pregunta Wanda cuando pasa de largo por la sala donde ella se encuentra sentada leyendo.

—Vuelvo después.

—Oye pero...

No logra escuchar que es lo que le dice pues ya está del otro lado de la puerta. Saca su celular para revisar la dirección a la que debe dirigirse. Sus madre le había llamado varias veces hacia unos días y como no respondió le dejo un mensaje explicándole que ella y su pare habían vendido la casa y le dejó la dirección del lugar donde estarían quedándose.

James se sintió extrañamente triste cuando supo la noticia. Jamás se sintió cómodo en esa casa pero sabe que fue el único lugar que alguna vez fue su hogar... o eso le gusta pensar.

Cuando el taxi se detiene lo hace frente a una casa que es solo un poco más grande que la anterior. Luce más moderna y James se siente aliviado de que al menos no se debe obligar a sí mismo a recodar nada de ese lugar pues jamás ha estado ahí.

Se acerca a la puerta y toca un par de veces, luego de un rato esta se abre dejando ver a su madre quien sonríe grande al verlo a él.

—James —Ella lo abraza de inmediato pero James no se mueve, no quiere corresponder a ese abrazo, no se siente con ganas de hacerlo, ella lo nota y se aleja de inmediato—. ¿Está todo bien?

— ¿Podemos hablar?

—Pero claro, adelante... tu, tu padre está en la sala.

James siente un nudo en la garganta. Desde que despertó con esa trágica amnesia y a pesar de lo que eso significaba, el hombre que se refirió a él como su padre era al que menos quería ver o recordar. Claro que él no podía saber pero algo en su interior le decía que no le gustaría lo que podría recordar respecto a él.

Junto a su madre camina hacia la sala, no puede evitar dar un vistazo al lugar, todo luce perfecto, nada fuera de su lugar y por alguna razón eso lo hace sentir incomodo, pronto llegan a la sala donde lo ve de inmediato, sentado en uno de los sofás leyendo lo que parece ser un periódico, luciendo impecable como siempre, James no recuerda haberlo nunca visto vestir casualmente, siempre de traje.

—George, mira quien vino a vernos.

El hombre levanta la vista de su lectura para mirar a James, a diferencia de su madre él no parece nada emocionado de verlo, aunque para ser justos tampoco luce molesto, simplemente no hay expresión alguna en su rostro.

Perpendiculares ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora