Capitulo 24

289 21 3
                                    

Sonreí instintivamente ante el espejo tratando de acomodar un poco el nido que tenía por cabello. Terminé de abrochar la camisa de Edward que había tomado "prestada" y decidí salir del baño para unirme a él en la cocina.

—Buenos días— canturreo mirándome sobre su hombro, rodé los ojos y tomé asiento en uno de los taburetes frente al mesón. — ¿Dormiste bien?

—Algo invadida, pero bien— contesté enarcando una ceja hacia él, quien solo consiguió reír.

Edward me había abrazado durante toda la noche, cosa a la que no estaba acostumbrada en lo absoluto y realmente no me desagradaba, pero aún quería hacerlo sentir incómodo. Pero claramente era imposible hacer que Edward Cullen se sienta incómodo.

—Es realmente irónico que lo diga la chica que durmió en mi cama— alcé ambas cejas y negué lentamente.

—Te recuerdo, que esa era la habitación de huéspedes así que no tienes fundamentos.

Luego de discutir por quien había invadido a quien, y ayudar a Edward con el desayuno (cosa que realmente no le gustó) fuimos rápidamente a vestirnos ya que Esme había llamado para decirnos que quería vernos en la casa. Edward fue a comprarme algo de ropa, a pesar de que me negué y él me ignoró; como siempre.

Afortunada y preocupantemente Edward tenía un mejor gusto que yo en ropa, así que cuando la trajo simplemente me vestí y nos apresuramos para llegar a la casa de los Cullen.

— ¿Qué pasa mamá? — saludé a Esme con una simple sonrisa, a lo que ella me abrazó con un gran suspiro. — ¿Todo está bien?

—Tu abuela llamó y dejó a tu papa algo alterado— Edward soltó un gruñido y despeinó su cabello con frustración. —Será mejor que vayas a hablar con él.

—Pero Bella...

—Yo puedo quedarme con Esme— ofrecí sosteniendo su brazo para darle un suave apretón. —Ve con Carlisle.

Edward me besó fugazmente y entró en la casa con prisa. Mientras que acompañaba a Esme a la cocina no pude evitar observar algunas fotos en los pasillos, sonreí mientras que observaba una donde podía verse a Emmett y Edward jugar en un jardín, se encontraban completamente sucios.

—Esa fue en casa de mi madre, lo malo fue lavar su ropa— reí ligeramente acercándome a ella. —Veo que se están entendiendo mejor, me alegra.

—Si...— no pude evitar ruborizarme. —Creo que antes estaba algo estresada por la presión de la boda, los eventos y todas esas cosas a las que no estoy acostumbrada.

—Te entiendo completamente— admitió sonriéndome de forma maternal. —Yo era una chica de granja, crecí toda mi vida en una y era realmente feliz en el campo. Conocí a Carlisle es una de esos viajes de trabajo, yo trabajaba en el mercado vendiendo algunos productos frescos que producíamos y él pareció muy interesado en verlos, aunque realmente se había interesado en mí.

"Se quedó más tiempo del esperado, y puedo asegurarte que fueron las mejores semanas de mi vida. Cuando se lo presenté a mi padre, creí que lo mataría".

—Me suena realmente familiar— comenté sonriendo con nostalgia.

—Al principio ser la prometida de Carlisle Cullen me parecía un completo infierno, cada evento, fiesta, importante reunión era seguido de clases de postura, etiqueta y un sinfín de cosas que me provocaban ganas de salir huyendo y nunca volver— ambas tomamos asiento mientras esperábamos el té. —Pero cada vez que veía esos hermosos ojos de Carlisle, las ganas de quedarme y enfrentar cualquier problema me vencían. Y así hemos estado durante todos estos años, apoyándonos y venciendo cualquier problema que la vida nos ponga.

La verdad es que la historia de Esme me había conmovido mucho, pero no me veía de la misma forma con Edward, quizás por el hecho de que antes de ayer, no coincidíamos en nada. Ambas subimos a la habitación de Rosalie para hacerle algo de compañía, Emmet aprovechó para salir a comprarle algunos antojos.

—Qué lindo tenerte aquí Bella, ¿qué tal todo? — me sonrió mientras la ayudaba a sentarse sobre la cama. —Me encantaría poder ayudarte, pero ya sabes...

—No te preocupes, además eres una de mis damas y necesito que estés perfecta para ese día.

Hizo una pose enviándome un guiño antes de empezar a reír. Conversamos durante mucho tiempo, antes de que Edward fuera a buscarme, se veía algo tenso y realmente me daba un poco de angustia pero no quería hacer evidente frente a Rosalie que algo pasaba.

— ¿Ya pensaste en el nombre? — preguntó Esme, acariciando con ternura la mano de Rose.

—Me gusta mucho el nombre Emma— admitió encogiéndose de hombros.

—Será la niña más hermosa del mundo— comentó Edward sonriendo a medias. —Además, tendrá a la mejor tía.

Besó mi mejilla y masajeó mis hombros con paciencia.

Emmett volvió en cuestión de segundos, así que decidimos darles unos momentos a solas. Edward quiso llevarme a su habitación, realmente era tal y como esperaba; extremadamente organizada y fría como él.

—Mamá siempre trata de mantenerla igual a como la dejé— sonreí asintiendo. Se acercó para besarme con ternura y juntar nuestras frentes.

— ¿Todo bien con Carlisle?

—La verdad es que no mucho, mi abuela a veces resulta un poco invasiva.

— ¿En qué sentido?

—Ha estado preguntándole muchas cosas sobre ti a Carlisle, ambos saben que yo nunca les contestaría nada, así que prefiere ir con él directamente.

—¿Pero qué es lo que le pasa?

—No dejes que ella se entrometa en nuestra boda— solté un leve gruñido, pero terminé asintiendo. —Yo solo sé que quiero pasar el resto de mi vida contigo.

—Eso lo dices porque lograste meterte en mis bragas— comenté rodando los ojos. —Aunque debo admitir que esa idea no me desagrada en lo absoluto.

—Es todo lo que necesito— me alzó entre sus brazos, llevándome sobre su cama para besarme en medio de las carcajadas que me producía su actitud. —Te quiero.

—Yo también te quiero, Edward Cullen.



POV Nessie.

—Adelante querida—entré en el elegante despacho donde Clarisse me esperaba con una sombría sonrisa. Tomé asiento frente a ella y asintió hacia mí. — ¿Qué se te ofrece?

—Tengo entendido que ambas tenemos un ligero desprecio hacia Edward— expliqué detenidamente, observándola con determinación.

—Ignorando lo obvio, podrías ir directo al punto.

—Sé que tienes interés en que mi hermana sea la próxima dueña de la empresa de los Cullen— Clarisse enarcó una ceja y luego asintió. —Te propongo, que seamos aliadas.

— ¿Me ayudaras a arruinar a mi nieto?

—Te ayudaré a que Edward Cullen, desaparezca de la vida de mi hermana para siempre.

—Tienes mi completa atención.

Cuando me sonrió, supe que lo había logrado y nada me detendría ahora.

Esposa por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora