Capitulo 22

287 30 2
                                    


Oficialmente estaba completamente agotada, entre los preparativos para la boda y tratar de entender los cambios constantes de humor de Edward, mi día culminaba desastrosamente. Era increíble la forma en que había cambiado, no era ese chico que pensé que era, encantador, caballero, incluso podría llegar a decir que tuve un flechazo platónico, que afortunadamente nunca se dio.

Bella, ven a mi oficina por favor— resoplé levantándome del escritorio y cruzando la puerta que nos separaba, topándome con Edward con la mirada perdida por su gran ventanal, personalmente envidiaba tal vista en ocasiones.

— ¿Qué se te ofrece? — pregunté enarcando una ceja, no obviaba que había utilizado la palabra "por favor".

—Hemos estado tan enfocados en ciertas... cosas— volvió su mirada a la mía, mientras que analizaba mi expresión. Ambos sabíamos que habíamos cometido un error, él con su prima, y yo con Alex.

Cuando escapé con Alex de esa horrible fiesta, me tropecé con nada menos que mi encantador prometido y su prima, enrollándose en las escaleras de emergencia. Ambos quedamos totalmente impresionados, yo podría habérmelo esperado de Edward, pero él nunca lo habría esperado de mí.

—Ya sé por dónde vienes...

—Bella, si vamos a estar juntos por un periodo de tiempo, deberíamos al menos intentar llevarnos bien— me interrumpió, hablando tan rápido que me costaba seguirle el ritmo, y más aún creerle.

— ¿Llevarnos bien? — exclamé acercándome con aire amargado. — ¿Cómo podríamos hacerlo, contigo actuando como un patán?

—Discúlpame por no ser Alex— reprochó acercándose de la misma forma, quedando a unos centímetros de mi rostro.

—Y a mí, por no ser Tanya.

—Ella no te llegaría ni a los talones— su comentario me impactó aún más que el giro que había dado nuestra conversación. —Quería disculparme por los malos ratos que te he hecho pasar.

—Si vamos al punto, yo tampoco he sido muy comprensiva...

—Tratemos al menos de mantener una amistad— sonreí amargamente negando con lentitud.

—Si llegamos a soportarnos por más de cinco minutos sería una record, no creo que eso pueda considerarse "amistad".

Edward sonrió ligeramente, recordándome porque me había fijado en él cuando lo conocí.

—Prometo dejar de ser un completo patán.

Asentí con aire pensador, hacerlo sufrir durante un rato no haría daño a nadie.

—Y yo dejaré de recriminarte por todo.

Después de terminar nuestra extraña conversación, terminamos algunos balances necesarios para el mes entrante, algunas cifras habían aumentado y era algo muy bueno. Sobre todo si Edward quería demostrar que podría llevar la batuta de la empresa, debía mostrar más autocontrol ante los demás, cosa que no hacía recientemente.

—Para celebrar mi primer día como patán regenerado, te invito a cenar— elevé la mirada tan bruscamente que sentí como mi cuello crujió ante tal impulso, pero me quedé quieta.

— ¿Tendré que usar vestido, tacones y maquillaje? — pregunté con tono cansado.

—Podrías ir en pijama si quisieras— admitió con una sonrisa a medias. —Yo cocinaré.

— ¿Tú cocinas? — exclamé aún más incrédula. —Ahora estoy asustada e intrigada.

—No aceptaré un no por respuesta.

Esposa por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora