Capitulo 13

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Todo podía irse a la mierda, tenía tres días encerrada en esta horrible habitación, en otras palabras. Mi hermana no me dejaba poner un pie fuera de la cama, ya que eran "indicaciones del doctor", mierda y más mierda.

— Juro meterte un golpe en el trasero, si te volviste a levantar— Gruñó Bella al otro lado de la puerta, escondí mi cara en la almohada y solté un grito de frustración.

— ¡Esto es peor que prisión! —Grité sosteniendo mi cabeza contra la almohada, si seguía así terminaría asfixiándome. Escuché la puerta de mi cuarto abriéndose, deduje que era Bella, así que decidí ignorarla.

—Bah, no es tan malo—Levanté mi vista al instante, observando a Dylan desde la cama, sonreí al tope y me lancé a sus brazos—Deberías empezar a recibirme así.

—No te hagas muchas ilusiones—Dije sonriendo a medias, Bella nos observaba desde el marco de la puerta, rodando los ojos.

—Agradece que lo dejé entrar, lleva los tres malditos días gritando desde la puerta, los vecinos vinieron a quejarse.

—Puedo ser muy insistente, tenlo presente en el futuro—Besé sus labios, rodeando su cuello con mis brazos, la verdad, podía acostumbrarme a esto.

POV Bella:

Bajé las escaleras, algo asqueada por esa escena, pero en el fondo sentía un poco de celos, la verdad no recordaba haber tenido un momento romántico desde los quince, o algo parecido.

Mi celular comenzó a vibrar en el mesón del desayuno, corrí hacia éste para contestar.

— ¿Diga? —Respondí algo ajetreada.

¿Bella? —Escuché a Alice detrás del parlante— ¡No tienes idea de quien está en la cafetería, preguntando por ti!

— ¿De qué estás hablando Alice? —Estaba algo confundida, y luego de escuchar unos cuantos susurros, y un forcejeo, el altavoz crujió.

¿Hola? —Me congelé en el sitio, al escuchar la voz de Alex, no era como si la hubiese escuchado toda mi vida para reconocerla, pero en el fondo esperaba que fuese él— ¿Bella, estás ahí?

—H-Hola—Eres una idiota, estás tartamudeando como idiota— ¿Alex?

Creí que no me recordarías—Estaba segura de que estaría sonriendo incómodo, mientras rascaba su nuca—Vine a verte a tu trabajo, pero Alice me dijo que no trabajabas aquí.

—Renuncié hace unos días...

¿Te gustaría hablar de eso, con un café? —¡Oh mi Dios! ¡Me estaba invitando a una cita!

—Sería genial—Me di palmaditas mentales cuando no tartamudeé, pero luego recordé que debía cuidar a Nessie—Pero no puedo, lo siento.

¿Alguna razón en particular?

—Debo cuidar a Nessie.

Tengo una solución para eso.

No tuve tiempo a contestar, una vez colgó. Dylan y Nessie llevaban tiempo solos, pero seguramente podía confiar en ellos. La única ventaja de este nuevo estilo de vida, era que Nessie tendría un justificativo para no hacer deportes, casi había saltado todo el camino a casa cuando se enteró.

Luego de unas horas, tirada en el sofá de la sala viendo televisión, el timbre sonó. Caminé arrastrando los pies, mientras intentaba ver la escena del beso. Abrí la puerta, y observé atentamente a un Edward algo mojado, no sabía que estaba lloviendo.

  — ¿Edward?— Mi asombro era aparente, la verdad no esperaba verlo.

— Cásate conmigo— Sentí la bilis subiendo por mi garganta, ¿había escuchado bien? No, seguramente era un error, y luego quedarías como una idiota por haber escuchado mal.

— ¿Q-Qué?— Exclamé tres octavas más arriba de lo normal.

— Bella, por favor— Dijo con un tono de desesperación— Cásate conmigo.

No sabía que hacer, y en lugar de dejarlo pasar como toda persona, me quedé ahí, como una idiota, observándolo con incredulidad. Un auto se estacionó frente a la casa, y un sonriente Alex bajó de este, junto a un ramo de rosas, abrí mis ojos al tope.

Esto.

No.

Puede.

Estar.

Pasando.

— Hola— Saludó andando con paso despreocupado hacia mí, intenté sonreír pero supuse que me salio una mueca, nada bonita, ya que Alex arrugó un poco la frente— ¿Interrumpo?

En ningún momento, Edward había alejado su mirada de mi rostro, y al verlo supe que estaba a punto de tener un colapso, comenzó a faltarme el aire, entonces recordé que no estaba respirando, y sin más, todo se puso oscuro.




 

Esposa por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora