Capitulo 26

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Lo último que quería hacer era estar al punto de un colapso nervioso el día de mi boda, y lo peor de todo era que en lo que menos pensaba era en Edward.

Al descubrir que Nessie se había ido a casa de Clarisse, lo primero que se me ocurrió fue ir a preguntarle cual era su maldito problema, pero se negó a recibirme, así que me encargué de gritarle todas y cada una de las cosas desde el jardín...

No me importaba absolutamente nada, mucho menos estar a punto de lanzarle una piedra a uno de sus costosísimos vidrios, pero me negaba a guardarme esto por un minuto más.

—¡Nessie! — grité con todas mis fuerzas, vi cuando la luz de una de las habitaciones se encendió, pero nadie apareció por la ventana, tomé un gran respiro y proseguí. —Toda mi vida la dedique a cuidar de ti, a preocuparme porque nunca te faltara nada, y lograr que a pesar de todos y cada uno de nuestros problemas, fueras la niña más feliz del mundo.

"Cuando te diagnosticaron la anemia, sentí que el mundo se venía abajo, que no iba a ser lo suficientemente capaz de cuidarte y protegerte. Fue entonces cuando decidí que necesitábamos mejorar nuestra vida— observé a Edward, quien prefirió quedarse a cierta distancia, evitando que alguno de los gorilas que tenían como seguridad se atrevieran a tocarme un cabello. —Aunque te parezca lo más absurdo, me enamoré de Edward. Es la única persona que hasta el momento ha sido capaz de hacerme inmensamente feliz, lo único que te pedí fue que por favor me apoyaras, que estuvieras a mi lado para disfrutar este momento y ni siquiera de eso fuiste capaz".

—¡Tienen exactamente cinco minutos para largarse de mi propiedad o juro que...— la observé levantando mi mano para hacerla callar.

—Lo que en realidad quiero decirte, es que si tú decidiste alejarte de mí, está bien— tomé el último aliento y por fin me decidí. —Pero de todas formas voy a casarme con Edward, y seré completamente feliz, contigo o sin ti.

Suspiré tomando un poco más del té que Alice había preparado para mí y tomé asiento en la gran cama detrás de mí. Estaba arreglando en la habitación de Esme y Carlisle, ambos habían insistido en que sería lo mejor, y me alegraba profundamente ya que era la habitación más aislada de la casa; eso me daba oportunidad de pensar durante unos segundos.

—¡Bella! — me levante rápidamente para abrirle a Alice, se veía realmente radiante. Tenía un hemoso vestido purpura con algunos boleros que hacían su piel resaltar. —¿Ya estás lista?

—Sí...— susurré tratando de que mi velo no se enredara con la cama. —¿No es muy largo?

—No, es perfecto— opinó llevándome al pasillo mientras halaba mi velo. —Rosalie hizo un trabajo maravilloso con tu peinado.

—Lo sé, es toda una artista— concordé mientras bajaba las escaleras con un gran nudo en el estómago.

Antes de que pudiéramos seguir, una voz hizo que cada vello en mi cuerpo se erizara...

— ¿Podría llevar tu velo? — me giré rápidamente hacia Nessie, quien me sonrió algo apenada caminando de la mano de Dylan. —Bella, realmente...

—Solamente cállate y toma tu ramo de flores— opiné devolviéndole la sonrisa, antes de atraerla en un fuerte abrazo. —No sabes lo feliz que me haces.

—Realmente lo siento muchísimo— rogó soltando un suave sollozo. —Casi pierdo a las dos personas más importantes de mi vida, por un estúpido capricho y....

—Te amo— susurró Dylan dándole un beso en la frente. —Muchas felicidades Bella, les deseo lo mejor a los dos.

Asentí hacia él, mientras caminaba hasta el jardín.

—Vamos— la alenté tomando su mano, mientras Alice le tendía uno de los ramos de las damas y la abrazaba rápidamente.

—Hablaremos más tarde, ¿cierto?

—Dalo por hecho— completé con una mirada de reproche antes de llegar hasta Rosalie, justo en el momento que la suave melodía comenzaba a sonar.

Debido a que no tenía idea de si Nessie volvería a hablarme, Emmett se había ofrecido a llevarme, así que Nessie simplemente tomó la mano que sujetaba el ramo y ambos con una sonrisa decidieron llevarme al altar.

Por un minuto, todos los problemas se disolvieron y lo único que existía ante al final de ese pasillo perfectamente adornado, era Edward, vestido con un traje muy elegante y esperándome con la mayor sonrisa que le había visto esbozar en la vida. Traté de devolvérsela pero todos mis nervios volvieron, no había tenido siquiera tiempo de tener los normales miedo de boda porque estaba enfocada en Nessie y todos los problemas a mi alrededor.

Pero saber que después de eso, estaría con él para toda la vida, me alegraba. No tendría que enfrentar ninguno de mis miedos, o los problemas sola, tendría un apoyo y todo se solucionaría si estábamos juntos.

Al diablo el dinero.

Al diablo la hipoteca y la chupasangre de mi tía.

Al diablo todo.

Llegué frente a él, Emmett besó mi mejilla y fue a ocupar su lugar junto a Rosalie, mientras que Nessie me llevó el último pedazo del camino y le sonrió a Edward, quien se sorprendió al verla.

—Te entrego a mi hermana para que la hagas feliz, y cuides de ella por el resto de tu vida— suspiró y sonrió ampliamente. —Y si no lo hace, estaré encantada de patear tu trasero.

—Mensaje recibido— contestó enarcando una ceja, pero con una divertida sonrisa. —Me alegra que estés aquí Nessie.

—Sí, lo que sea— habló reprimiendo un sollozo, mientras se alejaba hasta su asiento junto a Dylan.

— ¿Te he dicho que luces maravillosa? —susurró en mi oído, ayudándome a subir el escalón faltante.

—Sólo lo dices para llevarme a la cama— reproche rodando los ojos, antes de sonreírle ampliamente.

Mentiría si dijera que había prestado atención a cada una de las palabras del padre, lo único en lo que podía pensar era en que estaba realmente feliz de este día, de poder estar aquí y compartir mi vida con él.

—Si existe alguien que se oponga a esta unión que hable...

— ¡Yo! — surgió una voz del fondo del pasillo, e internamente maldije.

Clarisse sonreía como niño en Navidad, pero lo que realmente no esperaba era a la persona que la acompañaba. Alex se encontraba junto a ella, mirándome fijamente, mientras que avanzaban algunos pasos ante la atónita mirada de toda la multitud.

— ¿Están jodiéndome? — chillé.

Esposa por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora