Capitulo 8

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Quería creer que ese sentimiento que crecía dentro de mí, se debía a nauseas o hambre. En realidad, comenzaba a sentirme un poco mal, de todas maneras no le daría importancia.

Decidí entrar a la sala, la primera en recibirme fue Bella, me sonrió ampliamente rodeando mis hombros con su brazo.

- ¿Dónde te habías metido?

-Estaba algo sofocada con tanta gente-Dije cómo quien no quiere la cosa.

- ¿Ahora quien es la asocial?-Preguntó entusiasta la castaña a mi lado.

- Siempre serás la asocial hermanita-Empujé su cadera con la mía, el movimiento me mareo, agité mi cabeza intentando hacer que se fuera, pero sólo logré acentuarlo más.

- ¿Nessie?-Hice un sonido en señal de que la estaba escuchando-¿Te sientes bien?

- Sí, mejor que nunca.

Caminamos abrazadas hasta llegar a la sala. Todos los invitados se encontraban reunidos alrededor de Rosalie, la rubia habría los regalos con entusiasmo. Sentía una mirada penetrante, levanté la mirada para encontrarme con un Dylan sonriente al otro lado de la habitación, le devolví la sonrisa, nuestras miradas se conectaron durante unos minutos que parecieron eternos.

- ¡Gracias por esto!-Chilló Rosalie, desperté de mi sueño cuándo el codo de mi hermana impactó en mi estómago. Dirigí mi atención hacia la rubia, sonreí nerviosamente y asentí.

- Nessie lo escogió-Bella salió en mi rescate, le sonreí en agradecimiento.

El resto de la fiesta siguió sin acontecimientos dignos de mencionar, cómo ley humana, es necesario limpiar y volver a ordenar todo. Para mi sorpresa, Dylan se quedó a ayudarnos junto con su abuelo, cuyo nombre era Adolfo.

- Nessie, necesito que lleves estas cajas afuera-Alice me entregó una caja no tan pesada, asentí y comencé a caminar hacia el patio.

POV Dylan

Hace unos minutos había salido de la casa de los Cullen, esperaba al camión que se llevaría las mesas y sillas que se utilizaron en la fiesta, al parecer también tenían unos adornos que risitas traería luego. Miré hacia la puerta de la enorme casa, risitas caminaba con una caja en sus manos, al verme sonrió, le sonreí de vuelta. Antes de si quiera pensarlo, comenzó a tambealearse, sostuvo su cabeza y frunció el ceño. No entendí en que momento comencé a caminar hacia las escaleras que daban a la casa.

Sin darse cuenta, se desplomó, estiré mis brazos para atajar su caída, alarmado miré a todos lados intentando pedir ayuda.

- Risitas, escúchame-Acaricié su rostro apartando unos cabellos que se amontonaban en su rostro.

- ¡Nessie!-Una de las amigas de Rosalie llegó a mi lado, comenzó a llamar a risitas sin que esta reaccionará-¿Qué sucedió?

- Caminaba con la caja en sus manos, y de un momento a otro cayó.

Mientras hablabamos, Reneesme comenzó a parpadear, la observé alarmado. Ella simplemente abrió sus ojos perezosamente, y me observó cómo si fuera la primera vez que nos viéramos.

-Hola-Dijo en lo pareció, más bien un susurro.

- Hola risitas-Le sonreí acunándola en mi pecho.

- ¡Nessie!-Observé a la castaña de ojos verdes, seguramente mi cara gritaba "Cállate un segundo, déjanos tener un momento íntimo. Gracias"-¿Te encuentras bien?

- Sí, estoy bien-La dejé en suelo, sin negarme a apartarme de ella-¿Qué sucedió?

- De un momento a otro, te desmayaste.

-¿En serio?-Enarcó una ceja, haciendo que su nariz se arrugara, se veía tan tierna cuándo hacía eso, sus ojos se ampliaron al tope-¡Ni una palabra a Bella!

- Pero, Nessie...

-¡Pero nada!-La interrumpió-Alice, promételo.

- De acuerdo-Alice, asintió no muy convencida-¡Aunque creo que deberíamos decirle!

- ¿Para qué?-Sonrió y luego cruzó sus brazos-Estoy bien, seguramente armaría un drama por algo que no tiene importancia.

Nos señaló a ambos acusadoramente mientras que volvía a subir las escaleras, llegando a la entrada se tambaleó de nuevo, corrí hacia ella, pero a mitad de las escaleras volteó a encararme con una sonrisa triunfadora.

- Sólo era un broma-Soltó una carcajada, a lo cuál respondí blanqueando los ojos. Alice volvió a entrar a la casa, dejándome a solas con risitas-Gracias.

Más que un agradecimiento parecía un murmullo, le sonreí, aparté un mechón de cabello que estorbaba en su rostro, ese hermoso rostro que me hace delirar cada vez que pensaba en ella.

- Cuándo quieras risitas-

Detrás de nosotros se escuchó un estruendoso ruido. Al voltear, observé al camión de la agencia, al parecer había arrastrado las sillas y mesas con él. Comencé a caminar hacia el conductor enojado.

- ¿Acaso no viste las sillas?-El cobarde no bajaba del camión, era mejor que se quedara ahí, había tardado veinte minutos apilándolas y trayendolas para que este imbécil las arrastrara-¿Acaso eres sordo?

Comencé a discutir con el conductor, no sé en que momento tuve a Reneesme frente a mí, pero sin saber por qué, colocó su dedo índice en mis labios, inmediatamente dejé de hablar, dirigí mi mirada a su rostro. Se veía calmada, estaba por comenzar a hablar cuándo hizo un sonido de silencio. Lentamente bajó su mano y volvió a colocarla en su sitio, estaba confundido pera a la vez me sentía feliz de una extraña manera.

- De acuerdo-Ambos volteamos para encontrar a Bella mirándonos extrañada, a su lado estaba Edward, me saludó con un asentimiento de cabeza, a lo que respondí de la misma manera.

Edward habló con el conductor, llegaron a un acuerdo. No le cobrarían la cantidad de sillas que cubrieran el gasto de los adornos que risitas había roto cuándo "la caja cayó".

Mi abuelo decidió que era hora de irnos, nos despedimos de todos. Risitas estaba sentada en las escaleras.

- ¿Todo bien?-Me miró, y se levantó. Asintió y me dió una sonrisa de lado-Entonces, te veo luego.

- Sí, claro-Este era, ese momento en el cuál no sabías cómo despedirte. Para mi sorpresa y alivio, ella bajó los escalones suficientes para quedar a mi altura y rodearme con sus brazos.

- Adiós Dylan-Quedé petrificado, cuándo por fin logré reaccionar, ya ella se había alejado. Me sonrió y volvió a subir los escalones que daban a la enorme puerta de madera.

Retrocedí aún atónito, no creía nada de lo que estaba pasando. Sonreí cómo idiota, mi abuela hizo sonar la bocina indicándome que me apresurará, troté hasta la puerta de acompañante y subí rápidamente.

- ¿Todo bien, hijo?-Palmeó mi hombro con los ojos fijos en la carretera.

- Todo perfecto.








Dicen que dos son mejor que uno. ¡Aquí les dejo un capítulo zukulemto! 7 u 7. En lo personal, la historia de Nessie y Dylan me encanta, es honesta. Y aunque a veces llegan a confundir, hasta a mí, son una ternurita.

¿Quién quiere saber que se nos viene?

¡Veánlo en el siguiente capitulo de Esposa por Conveniencia! (Nótese que soné cómo los comerciales de televisión e_e)

Ignórenme, es que ando súper inspirada y feliz.

Las amo <3 Adiós.

Poopey.

Esposa por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora