Capitulo 5

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 POV Bella:

Bajé las escaleras un poco agotada, al abrirlas observé a mi tía Sarah con una sonrisa de suficiencia, enarqué una ceja algo confundida.

—¿No vas a invitarme a pasar?—Preguntó irónica—Después de todo es mí casa.

—Lo siento, aún sigo algo adormilada.

Me hice a un lado para dejarla pasar, observó la casa con cierto recelo. No iba a soportar su actitud, y menos un sábado por la mañana.

—Creí, que estarías trabajando—Dijo observandome por encima de su hombro.

—Los sábados son mis días libres—Respondí, cruzandome de brazos.

—Bien, iré al grano—Dijo sentandose en el sofá de la sala—Vengo a entregarte esto.

Caminé silenciosamente, y arranqué de sus manos el papel extendido hacia mí.

—¿Qué es esto?—Dije abriéndolo cuidadosamente.

—Confío en que sabes leer querida—Bufé, observé las letras negras que resaltaban.

"Notificación de hipoteca"

Mis ojos no podían creer lo que estaba leyendo.

—¿Hipoteca?—Exclamé tres octavas más arriba.

—Me parte el corazón tener que hacerles esto—Dijo observando sus uñas, sin una pisca de dolor en su rostro—Pero estoy teniendo algunos problemas económicos en el club, y mantener dos casas se ha vuelto algo agotador.

—¡No puedes hacernos esto!—Dije lanzandole el papel a la cara—¡Somos tus sobrinas!

—Exactamente por eso, el banco les ha dado un mes para desalojar la casa—Exclamo poniendose de pie a mi lado—Claro, siempre puedes pagar la hipoteca—Dijo sonriendo con malicia.

Como quería arrancarle cada maldito mechon oxigenado de su cabeza hueca.

—Largo de mi casa—Susurré, estaba comenzando a hiperventilar.

—Técnicamente no puedes echarme de mí...

—¡Lárgate de mi casa!—Grité, empujandola hacia la puerta.

—Bella querida, podemos hablar como personas civilizadas.

—¡Dije que te largues!—Terminé de darle un empujón cerrandole la puerta en la cara. Me recosté contra la puerta, y me dejé caer sollozando.

—Esto no puede ser, tiene que ser una broma de mal gusto.

—¿Bella?—Levanté mi mirada hacia la parte superior de las escaleras. Nessie me observaba algo confundida. Me levanté rápidamente y force una sonrisa en mi rostro.

—Buenos días—Sorbí mi nariz y caminé hacia la cocina.

—¿Estás bien?—Caminó hacia mi y me abrazo. Sentía que iba a desplomarme en cualquier momento, pero no podía hacerlo delante de Nessie.

—Sí, todo está genial—La miré de reojo—Haré panqueques.

—¿Puedo ponerles mermelada?—Preguntó ella sonriendo, al parecer decidió dejar el tema de lado, suspiré y asentí aún con mi sonrisa forzada.

—Claro.

Medí la harina y la eché en un tazón. Agregué la leche y los huevos.

—¡Bella!—Gritó Nessie desde la sala—Alice te está llamando.

Tomé el telefono fijo y lo coloqué en mi oreja, aprisionandolo con el hombro mientras mezclaba.

—¿Alice?

Esposa por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora