Capitulo 7

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La poca dignidad que tenía acababa de esfumarse, Dylan había escuchado nuestra conversación, y a decir verdad llevaba mucho tiempo en el baño.

- Te odiará de por vida-Comentó Bella, una vez que Alice se acercó a nosotras.

- Disculpa, nadie puede odiarme-Sonrió coquetamente-Soy adorable.

- ¿Ya llegó Rosalie?- Pregunté extrañada, se supone que Bella estaba con Rose y Edward.

- Alice me llamó, diciendo que viniera rápidamente, Edward y Rosalie deben de estar en camino.

-Claro, cuándo Alice te llama a ella si le contestas- Inquirí irónicamente.

- Vamos, que esté aquí unos de tus compañeros de clases no me parece una emergencia.

-¡Es un enorme dolor el trasero!-Exclamé al punto de la histeria.

- Eres un caso.

Al parecer, mi querida hermana no entendía el hecho de que Dylan Smith era la persona más molesta del mundo entero.

-¡Ahí viene Rosalie!-Todos corrieron a esconderse, mientras que esperaba para abrirles la puerta. Rosalie discutía con Edward en el momento en el que la puerta se abrió y todos saltaron de sus escondites gritando un "¡Sorpresa!" Muy efusivo, cómo era de esperarse Rosalie comenzó a llorar de la emoción.

- ¡Muchas gracias!-Respondió la rubia con ojo llorosos-¿De quien fue la idea?

- Digamos, que tenemos unas amigas geniales-Respondió Emmett guiñado un ojo hacia nosotras, las tres sonreímos. Rosalie corrió a nuestro encuentro-No sé que haría sin ustedes.

- Seguro, morirías.

-Exactamente-Asintió repetidas veces con una amplia sonrisa en su rostro.

El resto de la fiesta transcurrió normal, afortunadamente no me había topado con Dylan, tenía algunas dudas de si ese señor con quien había llegado sería su padre, o su abuelo. Bella charlaba con Alice y Emmett, mientras que la homenajeada era aludida con todos los presentes y preguntas de los invitados.

Tomé uno de los batidos que los camareros ofrecían, y caminé hacia el patio trasero. Era realmente precioso, tenía unas escaleras que te dirigían hacia la piscina, detrás de esta una puerta pequeña, no podía que había detrás de esta, la vegetación era muy frondosa.

- ¿Seguirás evitándome, nena?- Me sobresalté, llevando mi mano libre hacia mi pecho, voltee lentamente para mirar a un Dylan muy cómodo sentado sobre una de las bancas del jardín tomando un batido igual al mío.

- ¡Casi me matas del susto idiota!

-Causar ese efecto en las chicas, es nuevo para mí-Intenté obviar su comentarios, tomé otro sorbo de mi batido. Estaba segura de que me arrepentiría de hacer esto, pero no tenía ganas de volver a la fiesta, además de que me dolían infernalmente los pies, tomé asiento a su lado en la banca, se veía tan sorprendido cómo yo.

-No te acostumbres Smith.

- No respondiste mi pregunta.

-¿Cuál pregunta?-Haciéndose la idiota desde tiempos inmemorables.

- ¿Seguirás evitándome?

- Creí que volverías a decirme nena...

-Entonces si recordabas la pregunta-¡Carajo!

- No estoy evitándote.

-¿En serio?-Su acercamiento repentino me dio un escalofrío, voltee mi rostros hacia el suyo -mala idea-Su respiración chocaba con mi nariz.

- No estaba evitandote-Desvié mi mirada hacia unos niños que corrían dentro de la casa.

- De acuerdo, fingiremos que te creo.

- ¿Y tú padre?

-¿Disculpa?-Enarcó una ceja, por su tono de voz, me di cuenta de que había metido la pata.

- T-Tú padre, el señor con quien llegaste...

- Es mi abuelo-Respondió con una sonrisa, asentí intentando ocultar mi vergüenza. ¡Matenme!

- ¡Dylan!-Una pequeña rubia con cabello rizado se acercó a nosotros con ojos llorosos y su boca en modo de puchero-¡Ese niño dijo que soy fea!

- ¿En serio?-Reconocí su tono sarcástico-¡Qué mentiroso!-Hizo un gesto de sopresa-Pero, si tú eres la niña más hermosa del mundo.

Reí por su comentario.

- Mientes-La amenaza de puchero seguía ahí.

- Yo no miento-Acarició su barbilla y luego le sonrió-Si no me crees, pregúntale a risitas-Abrí mis ojos en señal de sorpresa, ¿cómo se le ocurría meterme en esto?

- ¿Tú crees que soy bonita?-Le sonreí a la pequeña y asentí.

- Eres hermosa, él es el feo-Dije con un asentimiento hacia el niño que ahora corría hacia el interior de la casa, enarqué una ceja interrogante. Volví la mirada hacia Dylan y lo observé fulminando al pobre infante con la mirada-Dylan.

- ¿Sí?-Volvió su mirada hacia mí, negué a manera de reproche, se encogió de hombros restándole importancia y besó a la pequeña en la frente-Ve a jugar Ciara.

- Gracias hermanito-Lo abrazó y con una sonrisa triunfal caminó hacia la puerta que separa al patio trasero de la sala-Oh, y gracias risitas.

-¿Risitas?-Desvié mi atención hacia el rubio junto a mí.

- Ya que no te gusta que te diga nena, y me niego a decirte Nessie-Lo empujé rodando los ojos-Te diré risitas.

- ¿Por qué risitas?-Pregunté divertida.

- Te ríes por todo-Inquirió sonriendo-Además de tener una sonrisa preciosa y contagiosa.

- ¿Eso es un alago?-Lo ví dudar unos segundos, limpió sus manos en el pantalón. Se levantó rápidamente y la sonrisa pedante volvió a su rostro.

- Tómalo como quieras-Asintió hacia mi con un guiño-Hasta luego risitas.

Cuándo desapareció por la puerta, caí en la cuenta de que acababa de pasar un momento agradable con Dylan Smith.

Esto.

No.

Es.

Posible.




Volvió por quien lloraban señoritas 7 u 7, y señoritos(? ¿Qué tal?

Sabía que Dylan no era tan idiota, a veces se le sale pero pos... Tenemos que quererlo así.

Cómo siempre, sí les gustó voten y dejenme sus comentarios

¡Adiós queridas!

Esposa por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora