Capitulo 19

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Mentiría si dijera que estaba prestando algún tipo de atención a la supuesta estilista de Rosalie revoloteando alrededor de mi cabeza, a cada pregunta que hacia simplemente asentía, por mí, podría tener una piña como peinado y sería absolutamente aceptado, porque no tenía demasiadas ganas de seguir sentada pensando en Alex, y dejando de idear millones de ideas para buscarlo y explicarle toda la situación.

— ¡Adoro esta vida de rica! —chilló Alice a mi lado, traté de sonreírle pero supuse que solamente hice una mueca, por la mirada preocupada que me envío. — ¿Aún piensas en Alex?

La observé en reproche, nadie podía enterarse de la farsa, mucho menos unas cotillas estilistas, todo podría irse a pique.

—Estoy nerviosa, eso es todo— mentí, mientras fingía ojear una revista, mientras sentía un ligero jalón de cabello, traté de no quejarme, pero fallé.

Después de unas dos horas, que a mi parecer fueron eternas, estábamos listas. Nessie se negaba a arreglarse igual que nosotras, así que le pidió a Blanca que alisara su cabello, además negó la petición de ir con nosotras en el coche de Edward, al parecer Dylan pasaría por ella.

—Al parecer Nessie sigue resistiéndose a esta idea.

—Cada día siento que me juzga aun peor— admití suspirando, tomé el vestido que había comprado junto a Alice, y empecé a colocármelo, la suave tela acariciaba mi piel como una suave brisa. —Prefiero eso, a que siga culpándose por mi decisión.

Alice subió la cremallera del vestido y me empujó emocionada hacia el gran espejo que se encontraba en cuarto de Nessie, la Bella que tenía frente a mí, era completamente diferente a la que conocía, sonreí siguiendo la emoción de Alice, pero esa alegría nunca llego a mis ojos.

Podría tener todas las cosas que cualquiera desearía, pero no era feliz, no de esta forma.

— ¡Es hora de irnos! — asentí y tome mis cosas, mi celular vibro al indicar una llamada entrante.

—Adelántate, ya te alcanzo.

Alice salió por la puerta, y atendí con un suspiro.

¿Cómo está la novia más hermosa?

—Con ganas de vomitar— admití, riendo nerviosa.

No te preocupes, solamente debes sonreír y verte bonita— dijo Edward al otro lado del teléfono. —No será muy difícil

—Estaré allá en unos minutos.

Bella— me llamó, espere a que siguiera. — ¿Quiénes son todas esas personas que invitaste?

—Mis amigos— dije algo confundida. —Alice será mi dama, Garrett y Ángela son mis mejores amigos.

Lo entiendo, pero recuerda que esta recepción es para personas más...— si se atrevía a decir lo que pensaba, juro que colgaría en este instante. —... decentes.

—Trabajan en una cafetería Edward, no son delincuentes— reproché, mientras salía de la habitación, bajando las escaleras. —Yo también trabajé con ellos, ¿soy considerada una indecente?

¡No, por Dios! — podía sentir su desesperación. —Quizás no me explique bien...

—Lo hiciste perfectamente— resoplé enojada, y entré en el auto seguida de Alice. —No me importa lo que pienses, ellos son mis amigos y estarán conmigo.

Bella, lo siento de verdad no...

—Suficiente, te veré en la recepción— colgué y lancé el teléfono al suelo.

Esposa por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora