Hablando entre sueños [Tomarry/Harrymort]

🔹Capítulo 4🔹

Despertó de golpe en la Torre de Astronomía, justo cuando el sol se alzaba sobre si mismo anunciando el nuevo día.

Soltó un gruñido de pesadez, extrañamente el cuerpo no le dolía a horrores, considerando que había dormido en el piso de piedra.

Con sigilo salio de la sala de Astronomía, dirigiéndose en silencio por todos los corredores del aun desierto castillo.

Caminó hasta llegar a las escaleras cuya características se movían solas, así que muy a su pesar Harry tuvo que esperar a que las escaleras quisiesen acomodarse según su destino.

Al fin pudo subir las escurridizas escaleras, hasta llegar al cuadro de la Dama Gorda, pronunciando la contraseña en un pequeño murmullo.

La puerta se abrió y pudo entrar con facilidad, casi que en puntitas subió las escaleras que daban a las habitaciones, entrando a la que le pertenecía a el y a sus cuatro compañeros.

Se acercó en silencio a su baúl y sacó sus túnicas, dirigiéndose al baño, le parecía bastante cómodo bañarse a esa hora, no por que la fría agua terminaría de despertarlo, no claro que no, mas bien porque a esa hora nadie estaría despierto, por lo tanto tendría el baño solo para el y considerando la hora que era podría demorar todo lo que quisiera sin tener que preocuparse por ceder el turno o llegar tarde a clases.

Suspiró satisfecho ante el reconfortante golpeteo de el agua contra su pálida piel.

↩✴ TH ✴↪

Voldemort había visto al chico desaparecer, como si fuera un holograma o una visión.

Había terminado completamente cansado, no tenia nada de resistencia, desde que había tomado la dolorosa decisión de cambiar su físico, su resistencia había disminuido considerablemente.

Snape, el pocionista en el que había “confiado” para que hiciese algún tipo brebaje para que pudiera recuperar su forma humana, Voldemort quería creer que lo había hecho solo para ser menos reconocible y no solo por que le disgustaba el hecho de que aquel chico le mirara con asco cada vez que lo tomaba a la fuerza.

Con un rápido movimiento de manos cambio y acomodo sus túnicas, ya que las otras habían quedado completamente manchadas por sus líquidos.

Caminó hasta el espejo, había desarrollado una vanidad por mirarse al espejo, por saber que su cuerpo y su rostro poseían una belleza que ni siquiera cuando aun era un niño soñaba en tener.

Sus cabellos castaños llegando a negro, sus ojos azules que parecían manchados en el rojo sangre, haciéndolos ver profundos y enloquecidos, eso le encantaba.

Su cuerpo era largo y fornido, pero sin llegar al extremo, quería un buen cuerpo pero tampoco quería parecer uno de esos descerebrados que solo eran puro músculo, pero sin nada de materia gris, no había nada de elegante en eso.

Sus facciones se volvieron mas definidas, volviéndose mas bello mas tentador.

Sintió como algo pesado, duro y grueso subía por su pierna, llegando por su torso hasta su brazo, acomodándose en su cuello, como si fuera una bufanda, el siseo de su fiel amiga lo hizo rodar los ojos.

— ¿Otra vez admirando el espejo?, ya me estas volviendo loca.—.

— Tranquila Nagini, solo es temporal, hasta que me acostumbre por completo a mi nuevo cuerpo... ¿Es que no te parezco perfecto?.— Voldemort hubiese jurado que vio a su querida serpiente girar los ojos, era divertido colmar la paciencia de la serpiente.