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En un principio negó que esas fueran sus cajas, conforme las iba abriendo supo que no había otro dueño más que él. Su reloj portátil verificó que veinticuatro horas ya habían transcurrido.

Aquel problema lo tenía que resolver sin contar con el apoyo de su familia.

Dejó caerse en el suelo, arrodillado, buscó que sus mangas cubrieran su cara de vergüenza. Escuchó unos zapatos golpearse por el corredor terminando en él.

Dame la mano —el castaño escuchó una voz grave, cuando alzó la mirada descubrió que era su amigo Lee JinKi. 

Una vez que lo levantó, su amigo observó las cajas. Recordó que la carta que había abierto explicaba el porqué de las mismas.
El castaño apenas podía mirarlo a los ojos ya que los suyos no querían mostrarse débiles.

Toma una de las cajas, yo tomo otra. Las llevaremos a mi habitación.

¿Por qué, Jinki? Sólo tengo que llevarlas a otro lugar.

¿Crees que te voy a dejar a media noche llevar esas cajas? Eres mi amigo y no te dejaré tirado aquí —le aclaró— Quédate conmigo el tiempo que necesites hasta que te repongas —le propuso, entonces JongHyun aceptó con mucho agradecimiento.

Dicho eso, ambos cargaron las cajas para llevarlas a la habitación de su amigo.

Una relación que no siempre tenía que ser de sangre, pero aun así se ayudaban como hermanos. Cuando terminaron de traer todas, tomaron asiento en esos sillones cómodos y comenzaron a hablar de sus vidas. Usualmente tenían una relación muy distante que se respondía sólo con un hola y un adiós debido a su falta de tiempo, no obstante, aún conservaban ese pequeño lazo de amistad entre ellos.

En verdad, estoy muy agradecido, Jinki. ¡Te lo pagaré! ¡Tomaré horas extras, pero te lo pagaré! —le afirmó el castaño.

¿Qué? No, no. No necesito que me pagues. Mira, mi amistad no tiene préstamos. Como te dije antes, quédate el tiempo que tú quieras. Lo único que me gustaría saber es cuál fue el motivo, digo, no creo que seas un irresponsable que se gasta el dinero en juegos de billar o tomar mucho como yo.

Créeme no fue por eso. Tengo un atraso para pagar las cuotas —explicó él—. El dinero que venía acumulando por el trabajo, lo estoy enviando al exterior para que mi madre reciba un tratamiento muy costoso. La oportunidad de curarse no sabría decirte. Mi hermana también está con ella —relataba algo desconcertado, su amigo posó su mano en su hombro para darle consuelo.

Lee Jinki no quiso hablar más para dejar de incomodarlo. Tras finalizada la conversación, JongHyun se acostó en una cama extra que tenía junto a la del mayor.

Mientras tanto, el otro se ocupaba en acomodar las cosas pertenecientes de su amigo, dándoles un lugar especial.

*

Al día siguiente, un viernes para ser más específicos, iba Taemin con prisa a la universidad para arreglar asuntos serios con alguien a quien no le tendría que haber hablado.

Lo buscó por un solitario corredor a ese pelinegro y cuando lo encontró le dirigió la palabra.

Choi. —dijo Lee. MinHo se percató de su presencia y fue a él junto a su sincera sonrisa. Qué lindo que se haya tomado la molestia de verlo.

Dime Tae... —no llegó a terminar su frase ya que el contrario lo recibió con un puñetazo en la mejilla derecha. El golpe fue tan duro que no logró estabilizarse y, en consecuencia, cayó inconsciente al suelo.

Límite « JongTae  »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora