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Espero que te guste lo que se viene.

Fue un leve susurro a su oído que lo intimidó. Con cada parte de su cuerpo inmóvil. Estaba estático ante el miedo. El hombre que se mantenía a sorpresas solo retrocedió un poco para volver a mirarlo de pies a cabeza. Retiró el barbijo que tenía puesto para que sus labios se humedecieran con esa deseosa lengua.

Aparecieron tres sujetos más con el característico traje de mayordomos. No se tomaron el tiempo de ocultar sus rostros pues, parece que nos les interesaba ser vistos por Taemin.

Que uno le cubra la boca por mí. Los demás sosténganlo de los brazos y las piernas. Yo haré el resto. —ordenó tan descaradamente.

El joven Lee entró en pánico cuando esos brazos ajenos tomaron posesión de su libertad. Los tenía detrás sin poder hacer nada, sin que sus gritos llegaran a alguien de la casa.

Ansiaba vivir este momento. No sabes cuánto. —Habló de nuevo, esta vez su voz era más gruesa. En cuclillas se posicionó y, mirando directo a su entrepierna comenzó a bajar la bragueta de su pantalón.


Tranquilo... Terminaremos antes de que lo piensas. —le retiró el bóxer.

Aquel frío tacto con su miembro fue motivo para reaccionar con una violencia mayor. Manos y pies temblaron al sentir su cuerpo siendo un objeto de excitación y, sus calladas lagrimas se dejaron llevar rendidas por el enfermizo goce. Su deseo era que ese horror terminara.

"C" —El chico que tapaba la boca de Taemin interrumpió en pleno acto. —... No nos queda mucho tiempo... es hora de que termines.

Mientras, el otro hacía de oídos sordos para seguir practicándole sexo oral. —¡"C"! —repitió.

Qué ganas de joder tienes.

El chico en cuclillas retiró el miembro de su boca para subirle el bóxer y los pantalones. Los demás sujetos lo liberaron. No obstante, Taemin no se encontraba en condiciones como para mantenerse de pie así que terminó cayendo sobre el pasto. Escuchó el ruido de los zapatos huir del patio y, antes de que el último chico volviese a su disfraz de incognito, le dejó un mensaje final.

Que quede entre nosotros, Taeminie. Ya hice mi parte, ahora espero que respetes la tuya —concluyó para luego huir.

Cuando intentó levantarse tras la huida del misterioso hombre. Su cuerpo le falló por segunda vez. Culpaba a sus frágiles piernas y a él mismo por cómo había sido humillado. Por haberse dejado ganar, por seguir siendo débil.

C-Cobarde... Sigo siendo... el mismo que antes. —gimió lleno de dolor— Dónde estás Jong... dónde estás... A caso ¿tú eres el único escuchándome?

La espera había tardado demasiado para "él", para de una vez hacerse cargo de la voluntad de Taemin. El joven humillado entregó su cuerpo cuando las pequeñas gotas carmesí cayeron por sus fosas nasales.

Kim no podía creer el tiempo que le tomaba a Taemin para hacer lo que sea que estaba haciendo. Esa molestosa insistencia se convirtió de a poco en una preocupación. Su perrita andaba pensando lo mismo por cómo le ladraba a la puerta del comedor.

Casi finalizando el plato que le habían servido, decidió levantarse de la mesa e ir en busca de su chico. Buscó como escusa el baño. Fue con cuidado por el corredor mirando bien por si se aparecía la silueta de Taemin, quizás se había perdido, aunque lo dudaba porque él tenía más posibilidades de perderse que el hijo de la mansión. Por suerte descubrió a Taemin regresar a su dirección.



Límite « JongTae  »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora