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Otro día más transcurría en la vida de JongHyun, trabajaba todas las mañanas en la Facultad de Seúl como Profesor de Historia.

Con tan sólo veintinueve años era un gran centro de atención, muy reconocido por su arduo trabajo en la materia.

Solía verse rodeado por las mujeres quienes lo admiraban y respetaban; y no resistían ese singular carisma. Pero como hay buenas personas también había malas. Muchos envidiaban su vida, aunque a él le importaba poco lo que pensaran.

Aquella tarde el tiempo pasó más rápido de lo normal; como si las manecillas del reloj hubiesen sido apuradas.

Se despidió cordialmente de sus compañeros de trabajo y el castaño partió a su departamento antes de que cayera la noche.

Siempre recorría el mismo sendero para regresar a casa. Pero esa vez cambió de trayecto debido al mantenimiento de la calle.

Todo andaba demasiado tranquilo, y esa serenidad mantenía los ojos de JongHyun abiertos a cualquier cosa.
Nunca se puede adivinar qué es lo que ocurrirá en un segundo.

Entonces algo despierta sus agudos sentidos.
Descubre a un chico tambalearse desde una cerca que resguardaba el lago de un parque.

Corre a él para evitar que caiga a agua fría —¡Cuidado! —le gritó, pero el desconocido reaccionó tarde. JongHyun no logra sostenerlo y terminan cayendo.

—¡Rayos está helada...! —manifestó el joven —¡Oh no, lo he perdido...! —se adentró hasta la profundidad de agua.

Hey mocoso, ¿Qué demonios te sucede? ¿No ves lo peligroso que es estar en un lugar como este? —le recriminó mientras él seguía sumergido en las aguas. Sale a la superficie y dijo energético: —¡Lo encontré! —se sorprendió al ver a JongHyun enfadado.


Oiga... ¿Quién es usted? — preguntó el pelirrubio.

¿Cómo que quién soy yo? Te acabo de salvar la vida, mocoso.

—¿Ah sí? Pero yo no pedí su ayuda. Así que no cuenta. No le debo nada. —respondiendo de mala manera.

Ni que necesitara algo de ti...

Detienen la pequeña discusión para salir del lago. JongHyun nada hasta llegar a la orilla; el muchacho lo sigue. Una vez que pisó tierra extendió el brazo y el desconocido también salió

Debo admitir que agradezco su ayuda, gracias.


No es nada. La próxima vez cae en un lugar más seguro —. rieron mientras se recostaron sobre el pasto húmedo —De verdad, ¿Qué te hizo llegar hasta aquí?
Debes tener una razón para arriesgarte a caer ¡Mira si no sabías nadar...!

—...

¿Me escuchaste...? —pero no contestó Volteó a mirarlo, el joven observaba muy curioso al objeto que tenía en sus manos, el objeto que había sido la causa de la caída.

Siento que me he ganado la lotería.

—¿Cómo dices?

¿Acaso no lo puede ver? Tiene tanta belleza por sí mismo. Mire la perla, me cautiva su color y forma. El decorado parece de oro y, si no lo es, no importa —como si de un rubí se tratase —¡Estoy enamorado de este anillo!


«¿Se quedó embobado por un simple anillo? ¿En serio? He visto mejores cosas».

Pero para aquel chico era todo lo contrario, bastaba ver reflejada la perla turquesa en sus ojos, como si se conectaran.

—A todo esto, no nos hemos presentado, ¿Puedo saber tu nombre chiquitín? —inquirió.


Soy Taemin, Lee Taemin ¡No me olvides! —sonrió de una forma tan particular que provocaba una agradable sensación en JongHyun.

Soy Kim JongHyun —, respondió
Créeme no te olvidaré, olvidar... ¡Mierda ya es tan tarde! ¿Cómo no me avisaste?

—¡Pero si ni siquiera me preguntó! ¡Se hubiera fijado en su reloj!

—No me percaté ¿sí?
También tienes que irte, tus padres deben andar preocupados.

No lo creo—. contestó cambiando el tono de su voz —Vivo muy feliz en soledad; alejado de problemas y reglas absurdas.

Aunque él pensara que era una estúpida escusa no tenía derecho a cuestionar. Cada quien con sus asuntos.

A continuación, Taemin se levantó y sacudió todo el cuerpo para quitar algo del agua entre sus prendas.

—Y como dijo la cenicienta... ¡Me voy! —y se desapareció corriendo.
¡Sé feliz JongGuk! ¡Espero verte otra vez! —le grita desde lejos sacudiendo su mano.

El castaño ya parado le contestó de la misma forma: —¡Se dice JongHyun, tarado!

Vaya encuentro que tuvo con tal personaje.

Mientras iba de camino no lo podía borrar de la mente. Tal vez era por su personalidad o por su inmadurez.

Lee Taemin, qué agradable sujeto.
Y con un nombre tan atractivo; es realmente lindo...
¡Qué mierda...! ¿Qué acabó de decir? —se detuvo frente a la puerta de la habitación de su departamento —¡Definitivamente Lee Taemin, tu estupidez me dejó sin palabras! —colocó las llaves, abrió la puerta y la cerró con gran fuerza.

Ahora sí, la paz y tranquilidad que necesitaba, que anhelaba el alma de JongHyun. Descansaría en perfectas condiciones, luego de una tarde bastante movida. Eso si sus vecinos se lo permiten y no se les salen los gallos de tantos karaokes que hacen por las madrugadas.

Se desvistió rápido, tomó una ducha y se durmió.

Unas horas antes


¡Ya llegué...! —abrió la puerta, un silencio abundó en la pequeña casa de Lee Taemin
Lo olvidé como siempre, nadie está aquí —entró teniendo algo de melancolía.

Ingresó torpemente a su casa sin antes haber prendido la luz. Escuchó un maullido de dolor que lo tomó desprevenido.

Había pisado la cola de su pequeño acompañante; deprisa lo quitó y su gato escapó asustado.

Mi adorable MinHo ¿Quién te manda a tener un dueño tan distraído como yo?

Al mismo tiempo las diminutas gotas seguían cayendo de su camiseta y jeans.
Se aseó y se recostó en la cama.
Sacó el anillo de uno de los bolsillos. Todavía relucía con majestuosidad.

Desde ese momento se coloca el anillo en su dedo anular.

Ahora se ponía a pensar en la persona que amortiguó su caída. Visualizaba su atractivo rostro en su mente, pero carecía de buena memoria para recordar su nombre.


¿Era Kim o era Lee? ¿Kim JongGuk? O tal vez, ¿Lee JongSuk? —pensaba y pensaba, pero no había forma.

Y de un momento a otro se quedó dormido.


El extraño anillo comenzó a activarse, marcando unos pequeños dígitos. Taemin cree que su problema ha terminado. Sin embargo, su aventura recién había comenzado.

Un viaje sin retorno.

Límite « JongTae  »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora