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Muchas gracias por la clase de hoy —agradecía JongHyun mientras recogía sus pertenencias dentro de su maletín. La clase había terminado.

Caminó en dirección a la puerta de salida junto a los demás alumnos.
Taemin terminó por salir último, y para evitar que lo reconociera, se acomodó la capucha para taparse el rostro y disimular entre la multitud.

A un paso de salir por la puerta y ser liberado de tal tensión escuchó aquella masculina voz.

Usted de media vuelta —sin escapatoria tuvo que encararlo. Lentamente fue levantando la vista para encontrarse con sus ojos intimidantes—. Miren a quién tenemos por aquí ¿Ahora te tengo como mi alumno? Quién diría que nos volveríamos a ver, Lee Taemin.

Tampoco era como si JongHyun lo hubiese esperado. Son de esos encuentros que no esperas que sucedan.

—JongHyun, no, disculpe mis modales Profesor Kim. No me esperaba un encuentro tan pronto —le contestó.

Lo que menos quería que sucediera ese día era encontrarse con el Kim JongHyun de la otra vez. Y mucho peor si ahora se suponían que fuera una relación alumno-profesor.

La sonrisa de él lo intimidaba, la pose que hacía mientras le dirigía la palabra, y sus ojos, esas pupilas se llenaban de arrogancia pero que, al mismo tiempo escondían cierta lujuria.

Intentó desviar su penosa cara producto de su descabellada imaginación; cómo era capaz de pensar siquiera en eso, siendo una persona de su mismo sexo y con gran trayectoria detrás. Arriesgar todo lo que ha empeñado para dejarse llevar por un amor imposible; por las ocurrencias de Taemin, nunca lo haría.

¿Cómo vas cazatesoros? ¿Ya lo empeñaste?

¿Habla del anillo? No, jamás. —notó ciertas pretensiones de su parte. Pero el único tema del que podía hablar el castaño era del anillo. Curiosidad simplemente.

He oído de una tienda que lo hace a precios muy económicos —y así comenzó a relatar una lista de recomendaciones que no le importaban en lo más mínimo. Hasta una mosca recibía mayor atención de Taemin que la palabra de JongHyun.

Como si un farol hubiese alumbrado la noche y los insectos deseosos bajo su hechizo de luz, llegaron cientos de alumnos de otras aulas para interactuar con Kim JongHyun.

Sin embargo, mientras alzaban una ronda alrededor de él, notaron que no andaba solo, que tenían una competencia más que desechar para lucir sus boletas de calificaciones.

Profesor Kim, ¿ya preparó la clase? —dijo una.

¡Lo estamos esperando con ansias! —contestó la otra.

Luego hablamos, vuelvan a sus clases. —respondió el castaño.

Oye, a ti no te he visto. ¿Ingresaste hoy? — preguntó Yoona al nuevo, a lo que las demás voltearon a verlo.

Pero miren qué hombre ¿Tienes número de celular? —agregó Irene mientras mordía su labio inferior.

¡Chicas no lo asusten! No sean atrevidas —sugirió Naeun.

La atención que recibía Lee Taemin les causó furor y dejaron de lado al castaño, fuera de la ronda.

Lee Taemin, un gusto a ustedes —respondió— No soy de usar celular, disculpen ¿Quieren dejarme salir? Me siento incomodó.

Buscó retroceder y alejarse, pero ellas se oponían y lo arrinconaban como si fuese una jaula que se achicaba más y más. Taemin se precipitó al no tener salida.

Límite « JongTae  »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora