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Bebé, dejé mis cosas en el departamento, iré por ellas. Te buscaré luego de clases ¿Sí? —se despidió de su amado en la puerta con un beso —¡No faltes! —le gritó mientras se iba caminando. Taemin asintió a las palabras del castaño.

Luego de cerrarse la puerta y una vez solo, supo que era el momento para saltar de alegría. Lo de ayer fue tan significativo para Lee puesto que se había enamorado. Todo había pasado tan rápido, el estruendo, el beso, las caricias; si se ponía a pensar de nuevo le recorrían los mismos cosquilleos.

Y es obvio cuando se trata del primer amor, uno tiene tantas cosas que descubrir, de reconocer al otro, de reconocerse a uno mismo.

Tenía tantas ganas de besarlo otra vez, y no le importaba qué opinaran los demás, es más se lo iba a contar en ese preciso instante a su amigo Kai. Pero cuando se puso a pensar en la vida de JongHyun, consideró que la relación debería mantenerse a escondidas; al más mínimo error el castaño podía perder su trabajo o algo peor.

Horas después JongHyun llegó a su departamento, saludó al vigilante como de costumbre, aunque este se encontraba distraído tomándole foto a un nuevo auto estacionado a su derecha. Si lo veía de nuevo tal vez se lamentaría de que su sueldo no alcanzara para comprarse un auto similar. Anhelaba tener un Lamborghini Huracán.

«Qué tan ricachón debes ser para comprarte algo así, JongHyun» pensó.

Buenos días, joven JongHyun. Tal parece que amaneció en otro lado... —miró al castaño con picardía.

¿Y desde cuándo usted se mete en asuntos privados? —inquirió

No, no. Es mi labor enterarme de todo, joven. Desde su situación económica hasta el dueño de ese precioso automóvil. ¿Quiere saberlo?

El castaño ignoró sus palabras y tomó el ascensor para ir a su habitación.

Con lo poco que le quedaba para abrir la puerta de su dormitorio es detenido por Onew.

¡Espera, JongHyun! ¡Es algo importante! —su rostro advertía cierta preocupación, se tomó un tiempo para recuperar aire —Me llegó esta carta erróneamente, es de tu habitación —el castaño la recibió, pero antes de poder preguntarle el contenido —porque ya estaba abierta— su vecino ya se había marchado.

Dejó su maletín sobre la mesa y se dispuso a leer la carta.

AVISO DE DESALOJO

Dirigido al señor: Kim JongHyun.
Se hace la presente carta para advertirle que, si no paga las cuotas acumuladas durante las 24hs próximas, nos veremos obligados a retirar sus pertenencias de la habitación.

La notificación le cayó como balde de agua fría, lamentablemente tendría que posponer su anhelado sueño de comprar el Lamborghini. Ahora su prioridad era pedir un aumento en el único establecimiento en el que ha trabajado por más tiempo o quizás conseguir algún empleo de medio tiempo. No era sencillo conseguir trabajo ya que los puestos se ocupaban rápidamente de otros soñadores.


El joven Lee tenía que apurarse; no quería faltar hoy y a esos pasos de tortuga jamás iba a llegar. De tanto soñar despierto con su profesor, olvidó que existía el autobús.
Entonces escuchó una llamada de ayuda.

¡Señorita, ayúdeme! —vino a él una niña de alrededor de cinco años. La misma le había dicho señorita cosa que confundió a Taemin.

Buscó a su alrededor a otra persona más, pero los únicos eran ellos; la niña se lo llevó consigo corriendo.

¡Pequeña no corras tan rápido! —dijo Lee. —Aparte debes estar confundida, soy un chico mayor de edad, así que... ¡No me estés confundiendo! —aunque él se haya puesto gruñón, la niña resultó bien maleducada y decidió ignorar sus palabras.

Límite « JongTae  »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora