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"S.O. S, Wang Tao" —repitió la frase —¿Qué miércoles está pasando? Es como una llamada de auxilio, pero ¿Por qué a mí?

Kim se veía desconcertado. Intentó abrir otra pestaña para averiguar sobre tal personaje. De improviso, la universidad pierde electricidad.

¡Demonios! —se quejó a más no poder

Tomó la hoja en la que había escrito para buscar otro dispositivo. Al salir, descubrió a Kibum esperando pacientemente en la puerta.

Oh, más cuidado Jong —cruzado de brazos.

—Kibum, necesito de una netbook ya. Permiso.

—¡Oye! ¿Por qué tan apresurado? —notando el afán por irse.

El castaño tomó un poco de aire para hablar con más calma y no agarrárselas con Kibum.

¿No viste lo que pasó? El salón de informática, casi enloquece. Las luces, las computadoras. Dios, tenía que salir antes de volverme loco.

No vi nada, JongHyun. Creo que debe de haberse tratado de un problema en general, de la universidad por completo —explicaba—. De hecho, acababa de venir para decirte que iba a cerrar este salón por el repentino corte de luz.

—Entonces, ni las netbooks que están en secretaría funcionan —analizó las pocas posibilidades que le quedaban—. Sin Wifi estoy frito.

JongHyun se resignó.

Temo que sí... Supongo que no tienes más clases hoy ¿Por qué no te tomas el día? Estás muy exaltado —le sugirió posando la mano sobre su hombro.

Haré eso, nos vemos... —le hizo entrega de las llaves para luego marchar a casa de Lee.

El castaño sospechaba que el problema de electricidad no era causante de aquella situación. Una segunda coincidencia... le parecía raro. Por lo pronto, le restaba averiguar quién era Wang Tao.

Llegó a la casa de Taemin cerca de las 6pm. Se dispuso a entrar. En el interior, Roo lo recibió entre ladridos y saltos. Una mascota tan cariñosa como ella podía cambiarle el estado de ánimo en segundos.

¡Mi hermosa Roo! ¿Me extrañaste linda? —pese a la distinta comunicación que ambos manejaban, no era un inconveniente para deducir que también lo extrañaba. Pateó la puerta para cerrarla.

¿Ya habrá llegado Taemin? —le preguntó observando de izquierda a derecha. Entre brincos la cachorrita lo llevó hasta el dormitorio. Encontrando a Taemin boca abajo sobre la cama.

Dejó el maletín en el suelo, caminó de puntillas y se abalanzó hacia el colchón, quedando encima de él. Un adorable abrazo fue lo que le dio; como a un oso de peluche.

Taemin no tardó en despertarse y abrir los ojos al sentir el gran peso de este y entre esos mordiscos que Kim dejaba en su pequeña oreja.

J-JongHyun, me estás... mi oreja va a quedar roja —mencionó ruborizado. El castaño dejó de morderlo para luego susurrarle a su oído.

Podría quedarme minutos, horas, hasta días así contigo... ¿Qué dices si...?

Volteó a Taemin quedando boca arriba. Lo encerró entre sus brazos a la altura de los hombros. El mayor flexionó las rodillas para acomodarse entre su cintura. Mientras más se asomaba a sus labios rosados, más podía percibir el olor a tabaco.

Hueles a cigarro. ¿perdiste tiempo fumando? —reprendiéndolo con gentileza.

¿Cómo crees...? Sólo intentaba parecer interesante...—se hizo el desentendido.

Límite « JongTae  »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora