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Seguía lloviendo, hacía semanas que lo hacía. Gracias a esto, cientos de actividades habían sido canceladas.

Joey estaba sentada delante de mi cuerpo, mientras trenzaba delgados hilos haciendo una pulsera.Nuestra amistad estaba creciendo poco a poco, ya había conocido sobre su familia y su anterior vida. Pero ella seguía sin saber una pizca sobre mi y esperaba que se mantuviera si.

Un golpeteo en la puerta sacó mi atención del cuaderno que poseía entre mis manos y Joey dejó de trenzar. El delgado cuerpo de Cole apareció por la puerta.

-Joey solicitan tu presencia en la entrada- dijo cuando sus ojos azules nos encontraron en la habitación. Joey no hizo más que emprender paso fuera de la habitación sin antes musitar un "nos vemos luego".

Cole se quedó parado en la puerta aun cuando la castaña ya había abandonado la habitación.

-¿Dirás algo para sacarme más información de mi vida o intentaras ser mi amiga?- sus palabras me tomaron desprevenida, no entendía sus intenciones. En realidad, no entendía ni una pizca de el.

-No, no lo haré- dije en voz extremadamente baja, que por un momento pensé que no había oído.

-Mejor..- finalizó, para cerrar la puerta con una gran fuerza.

Este chico era un misterio que no lograba descifrar, ya habían pasado semanas desde mi llegada y mis datos sobre él eran escasos. Era imposible hablarle sin que finalizara la conversación de inmediato.Quería conocerlo, debía conocerlo.Sabía que debajo de ese pelo claro y grandes ojeras había una persona que merecía la pena conocer. 



La suela de mis zapatos rechinaba a mi caminar ,debido a la humedad impregnada en la suela, dejando un leve rastro de mi caminar. Todos estaban en sus actividades de la tarde, por lo tanto las personas circulando por los pasillos era pocas. 

-Sky, no deberías estar en alguna actividad?- la Señora Apolo apareció en mi campo visual al salir de una pequeña oficina.

-No me sentía de lo mejor para ingresar- me excuse, nunca me sentía bien para esas actividades pero debía hacerlas, muchas opciones no poseía. 

-Oh esta bien entonces, solo recuerda que cuanto mas faltes a las actividades mas se alargará tu estadía- me recordó con una pizca de picardía. 

-Lo tengo fijado, no se preocupe.- y cuando la mujer canosa comienza a alejarse de mi mi voz vuelve a escucharse- Una pregunta, Señora. Hay algún lugar donde se tiene el registro de los pacientes?

-Puede ser, porque tanto interés?- dice la mujer, extrañada por la repentina pregunta.

Es porque pienso escabullirme para buscar el registro del rubio.

-Porque ahora que lo pienso..... creo que un antiguo amigo fue internado en este lugar... hace un tiempo.- esto de mentir cada vez se me da mejor.

-Si esta todo, pero no creo que pueda decirte donde esa información se encuentra. Lo lamento- lo veía venir, sería estúpido darle a una paciente recién llegada una información tan privada.

-Lo entiendo completamente, es que...- finjo un leve sollozo - Mi amigo fue la única persona que estuvo siempre para mi y falleció de tan joven. Disculpe, solo creí que podía ayudar en mi recuperación el volver a recordarlo...- enserio, soy la mejor en esto.

Luego de un minuto en el cual la señora tenia un debate interno, se decidió.

-Están en la oficina de la que acabo de salir, ingresa esta noche cuando el toque de queda ya haya comenzado. Dejare la puerta abierta. Todo en esta en una cajón ordenado alfabéticamente, busca el nombre de tu amigo, lee lo que sea necesario y retírese. Entendido?- no lo podía creer, al final una cosa había sido a mi favor. La vieja si que era ingenua.

-Por supuesto, Señora Apolo. Estoy muy agradecida- dije, mientras mi mano limpiaba las falsas lagrimas que habían amenazado con salir.

Esta noche, iba a poder responder todas mis malditas preguntas. 


-Ingrid


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