piece of paper

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Estaba lloviendo mares, y aun así la gente seguía llegando al Centro.
Hoy era el día de visitas, no para mi. Desde las 10 de la mañana, familias no paraban de llegar con canastas, tortas y sonrisas gigantescas.

Yo solamente me dedicaba a ver todo desde lejos. Veía los rostros alegres y los abrazos aplastantes entre familiares. Parecía que yo era la única  que no estaba disfrutando esa tarde lluviosa con su árbol genealógico, pero no era la única. Cole se entraba bajo un pequeño techo en el medio del jardín con un libro en sus manos. Sabía que el no quería que me acercase, pero no me importaba.
A paso lento, dejando que las gotas toquen mi cuerpo, llegue al lado del rubio que con suma concentración, leía su libro.

- Cementerio de Animales, muy buen libro. - sin pensarlo, hablé apenas mi cuerpo estuvo a su lado.

- Si, es verdad- sin entender el porqué me estaba hablando bien, cuando generalmente me ignoraba o contestaba de manera irritante. Continúe.

-Me estas tratando bien? Eso es nuevo- dije con una pizca de sarcasmo.

-No, no es nuevo. Seguiré tratándote mal,sólo que no estoy de humor para pelear. Así que vete con tu familia o quien sea que te haya venido a visitar-  al finalizar su grotesca despedida, miro a mis ojos por unos segundo. Sin pensarlo me senté en el suelo mojado, delante de su fisonomía.

-Nadie vino - dije, todavía mirándolo - nadie de mi "familia" vino. La tuya? - atreví a preguntar,sabiendo que la respuesta podía ser hiriente o solamente no haber respuesta.

-Tampoco, ningún año han venido y ningún año vendrán- musito en voz baja, cerrando lentamente.

-Hace cuánto que estás viviendo aquí? - pregunté

- 5 años... casi 6- mis ojos se abrieron disimuladamente.

-5 años? que hiciste para llegar aquí?- las palabras fluyeron de mi boca,sin poder capacitar nada antes.

- Que te haya contestado unas tres putas preguntas, no significa que ahora podrás saber todo sobre mi.- dijo bruscamente, mientras se levantaba de la vieja silla.

- No pretendía hacerte enojar, sólo vi a que la conversación fluía y sólo me salió otra pregunta- me levanté del suelo, sintiendo todo mi trasero húmedo- Si no quieres contestarme, está bien. Pero tranquilízate, porque nunca pretendí herir tus sentimientos- paralizada por mis repentinas palabras de defensa, dí media vuelta sobre mi eje, y comencé  a caminar bajo la suave llovizna...Cuando escuché su voz.

- ¡Skylar!- la voz del rubio retumbó dentro de mis oídos, ocasionado que voltee a verlo - Cambia tu pantalón, tienes el trasero mojado- y por primera vez, en las tres semanas de mi estadía, vi una pequeña sonrisa en sus finos labios. Y accidentalmente, una sonrisa se esbozó en mi cara. 

-Ingrid