Carl Sandburg

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"El ayer está hecho. El mañana nunca llega. El hoy está aquí. Si no sabes qué hacer, quédate quieto y escucha"

La fila en el comedor era infinita. Las cocineras habían decidido servir helado por primera vez en años y los pacientes estaban más que fascinados. Joey y yo estábamos casi al principio de la fila conversando. Mi relación con esta había crecido enormemente a pesar de que no soy una persona muy sociable. 

Mi vista viajaba de punta a punta dentro del salón pero el rubio no se encontraba en ninguna parte. Luego de reflexionar por dos segundos mi mente viajo a nuestro lugar, era obvio que el estaría allí. Y cuando estaba decidida a salir corriendo hacia la orilla del lago, un helado de vainilla estaba enfrente de mis narices.

-Puedes darme otro de....emm vainilla- no conocía los gustos de Cole en helados. La cara de desconcierto de Joey se veía clara, ella ya tenía su helado en las manos por lo tanto el segundo helado no era para la morocha. Sin prestar atención a mi "extraño" comportamiento la chica de baja estatura camino hacia una mesa y se sentó para comenzar a platicar con los demás pacientes.

Un minuto mas tarde, los dos helados estaban en mis manos. Así que comencé a correr hacia nuestro lugar. Allí estaba, sentado en el césped con una remera ceñida a su cuerpo y su cabello rubio alborotado. Tenía las manos en su regazo sosteniendo el papel con la frase anterior.

-Si te lo preguntas.Si, sentí eso anteanoche- dije con una sonrisa al sentarme a su lado.Con una extrema calma volteó hacia mi dirección y sonrió.

-Que casualidad yo también escuche el repiqueteo de tu corazón- bromeó mientras me daba un leve empujón con su codo. Reí bastante fuerte, para luego extender uno de los conos de helado en su dirección.

-No sabía que sabor era tu favorito, así que improvisé- el tomó el helado para darle una gran lamida instantáneamente, se ve que le gustaba.

-Es perfecto, gracias por acordarte de mí- dijo mientras comía rápidamente su helado. Y cuando estaba por contestar su agradecimiento , me interrumpió -Quiero hablarte de mi pasado- dijo tan veloz que las palabras apenas fueron de mi entendimiento.

-Si tú estas listo para decirlo, estoy lista para escucharlo- pronuncié poniendo toda mi atención en el.

-Tenia trece años cuando....- su mirada se encontraba perdida en la nada, otra vez, y cuando estaba por asustarme, volvió a hablar-....Nuestro coche cho-chocó contra otro...ninguno salió herido, ni mi madre, ni mi padre, ni yo....- su voz se cortó y una fina lagrima se escapó de su ojos haciendo que mi corazón se estruje-...Mi hermano sí, Ian murió...- comenzó a eliminar lagrimas de sus ojos e instintivamente mi mano viajo a su espalda acariciando suavemente cada centímetro de esta-...Fue mi culpa.Yo distraje a papá del camino, yo maté a Ian!- lágrimas amenazaban con salir de mis ojos, pero al ver como el rubio comenzaba a alterarse en una mezcla de llanto y desesperación, dejaron de amenazar y salieron con furia.

Cole lloraba de manera ensordecedora y su respiración era muy agitada.

-Cole, mírame- de manera suave y prudente me postré delante de su cuerpo con el fin de tranquilizarlo. Era imposible se estaba ahogando en recuerdos y no podía sacarlo. Sus manos comenzaron a buscar atolondradamente contacto físico, por lo tanto me arrodillé lo mas cerca de su fisonomía y tomé su cara entre mis manos.- Cole, estoy aquí. Cálmate- me miro a los ojos, después de forcejear entre mis manos, sus ojos estaban ausentes. Pero cuanto mas  contacto visual manteníamos, más rápido volvía a la realidad, más rápido volvía conmigo. 

Me estrechó en sus brazos tan fuerte que el poco aire almacenado en mi cuerpo fue expulsado.Sentía la humedad de sus lagrimas mojar la parte alta de mi estomago y sentía sus temblorosas manos sobre mi cintura. Con mis manos enterradas en su cabello, dijo:

-Intenté suicidarme- esas dos palabras lograron que todas las lagrimas que mi cuerpo poseía fueran derramadas en menos de un segundo.Presione su cuerpo sobre el mío y sentí sus labios moverse lentamente- Todos me echaron a culpa de su muerte y yo solo quería desaparecer para ir con mi hermano mayor- ambos llorábamos desconsoladamente, uno junto al otro, uno pegado al otro. 

No resistí mas y me coloque sobre su regazo mirándolo directamente a la cara, con mis manos aún en su cabello. -Escúchame, Cole. No fue tu culpa, eras un niño.Es imposible que haya sido tu culpa- sus ojos estaban mirando los míos fijamente, nunca había apreciado esta mirada en nadie.Me miraba con dolor pero también con un alivio grande por haber expulsado todo- Por favor, dime que no lo intentaras otra vez. Prométeme que pase lo que pase, nunca más trataras de quitarte la vida- 

-No puedo prometerte nada- un sonoro sollozo fue expulsado de mis labios.Me acerqué mas a su rostro, tan cerca que nuestros ojos casi se ponían bizcos.

-Cole si tu te mueres yo me muero, entiendes?- dije totalmente sincera.Sus manos abandonaron mi espalda para colocarse en mis mejillas y presionar nuestras frentes.

-Lo prometo- susurró. 

-"El ayer está hecho. El mañana nunca llega. El hoy está aquí. Si no sabes qué hacer, quédate quieto y escucha" de Carl Sandburg- recité la nueva frase.

-Pensaré en ella- susurró mientras tomaba un poco del helado, que había sido depositado a su lado cuando los recuerdos inundaron, y lo colocaba en la punta de mi nariz. Yo, imitando su constante acción, acaricié nuestras narices dejando parte del helado recién colocado. 

-Más te vale- finalicé para fundirnos en una batalla de miradas interminable.


-Ingrid

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