13.

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Pero no, el no era matteo, el no era simón, el no era estabilidad, el era perdición y no de esa en el que el amor esta en el medio y te hace caer a un vacio. Ella no era la ámbar de antes y ella tampoco quería un matteo 2.0... quería algo nuevo, alguien que la hiciera sentir y ese no era benicio.

-¿¡qué haces!?- grito empujándolo fuertemente hasta el punto de desestabilizarlo un poco, la miro enojado.

Y si de verdad le hubiera correspondido, lo haría por ella, porque benicio le gustara, no por volver al pasado o olvidar a alguien, no cometería ese error, no sería como simón.

-que no es obvio- respondió enojado.

-¡no! ¡Sali!- intento irse pero fue detenida por el brazo de el- ¡que salgas! ¿No entendes que no me gustas?- se acerco amenazante, con ira en sus ojos y voz- vos y yo nunca- volvió a intentar irse pero el apretaba mas su agarre.

-y yo te digo que lo estaremos- pronuncio con sonrisa socarrona.

-soltame- no hizo caso.

-te dijo que la soltaras- una voz gruesa se oyó, o más bien, una voz que no se sabía que podía ser en ese tono. Tomo el antebrazo de benicio y de un jalón lo aparto del de ámbar que por la fuerza ejercida en el agarre, se quedaron los dedos marcados en rojo en su piel blanca, simón al ver esto se alebresto mas- Escúchame bien, benicio- como no había soltado su brazo lo agarro con más fuerza, benicio lo miro intrigado y divertido, pero podía sentir el efecto de su fuerza estaba logrando su cometido- te vuelves a acercar a ámbar y no reparo de lo que hare. Te metes con ella y te metes conmigo- benicio rio y de un tirón se soltó.

-vos no me prohibís nada- se fue con su típica actitud de el mejor, pero mas furico que nada.

Ámbar miro a simón seria, sin expresión realmente, solo analizándolo de arriba abajo, Sus ojos azules escudriñaban al moreno a tal punto de incomodarlo, lo que se vio reflejado por como dio un paso atrás y llevo una mano a su nuca para rascarla, desvió su mirada y empezó a encontrar las palabras adecuadas para la situación.

-este... ¿Tu estas bien?- pregunto.

-no necesito que nadie me cuide- eso fue lo que respondió, no estaba para preocupaciones y menos de él.

-un gracias ¿no?-

-No te pedí que lo hicieras-

-o sea que hubieras preferido que ese tipo te lastimara mas ¿no?- comenzaba a exasperarse ¿Cómo podía no ser un poco agradecida al menos? No estaban bien, pero tampoco era para tanto- ¿entonces eso es lo que quieres? Que un hombre te maltrate... me imagino - no paraba de hablar, era como si no existiera el botón de pausa- así que eres de esas mujeres, las masoquistas, las estúpidas, las que creen que el amor son golpes, las que- fue detenido por una fuerte cachetada de parte de ella.

-¡cállate que ni siquiera sabes lo que decís!- él se quedo estático empezando a sentir el ardor en la mejilla derecha, sin saber que hacer o que decir, solo mirándola perplejo- ¿Qué vas a decir?- no dijo nada, seguía en un trance, en un shock. Observo la situación, a ella y a él, solo se le vino una palabra a la cabeza.

-disculpa- dejo salir apenado.

Ella chisteo, giro y agarro su bolso para después salir de roller.

¿Eso era un no?

Definitivamente.

Era increíble como ella cometía la primera falta, pero era él quien terminaba cangándola.

Benicio estaba furioso, no había algo que lo molestara más que la humillación reciente, no podía quedarse de brazos cruzados, sería estúpido, pero no sabía qué hacer, por dónde empezar o golpear, primero tenía que observar.

Bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora