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     Momentos como nuestro primer trabajo juntos, nuestro primer complot, ya para hoy sé que fueron divertidos, pero no los recuerdo con todos los detalles, solo que estabas conmigo y eso floraba una vasta alegría de la que muchos, sin mencionar todos, se daban cuenta con nomas mirarme.

Incluso, una vez después de que viniste a preguntarme algo, una chica que se incorporó a nuestro grupo, me lo dijo <<¿Él te gusta?>> recuerdo haberme quedado callada y luego con una sonrisita escondida te vi de reojo y conteste afirmativamente <<¿Tanto se me nota?>> pregunté y ella contesto <<Te brillan los ojos cuando lo ves, tienes esa mirada>>. Yo desde un principio fui muy enamoradiza y un tanto tímida, incapaz de decir que sentía por otros, pero en cuanto veías mi cara era más que evidente saber que me pasaba, así era, un libro abierto, de nuevo, todos lo notaban menos tú.

Siempre me pregunté eso, ¿Por qué no fuiste el primero en darte cuenta si eras a quien dirigía mis sentimientos? ¿Sería que mirabas cuando yo no miraba? Creé teorías y ninguna era positiva, todas iban en un mismo curso: Lo sabías, pero no lo dirías, yo no te gustaba.

¿Sabes qué fue lo peor? Que yo captaba la indirecta y no me alejé, ¡Maldita masoquista, no me escuchaba ni a mí misma! Pronto me enteré de algo que no era bonito: No solo no me correspondías, a ti ya te gustaba otra persona. 

Recuerdos de un amor perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora