No sé cómo te llamaría después de todo lo pasado...
Te has estancaste en mi corazón e impregnado en mi mente, tatuado en mi piel y dejado la sensación del roce de tus dedos después de todos los abrazos que me diste. Propinaste caos en mis emociones...
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¿Recuerdas mi lugar secreto, ese detrás de la cantina de primaria? Antes de que fuera invadido por los niños de preescolar para jugar en sus recreos por los arboles de limones, yo iba en cada descanso, receso u hora de comida y me sentada en la soledad a despejarme del estrés escolar durante el tiempo que se me permitiese.
Su largo espacio era tan amplio como cualquier pasillo de la institución, el suelo se componía de tierra, ramas secas, hojas caídas y, por supuesto, limones; habían alrededor de 4 árboles de esos cítricos intercalados en una línea recta en ese patio, atrás de ellos estaba el muro que limitaba a las afueras y, al lado opuesto, detrás de la acera donde me sentaba a ver todo el paisaje, el edificio de las aulas de los primeros años escolares.
Solía hacer todo ahí, descansar, pensar, reflexionar, incluso, cuando aseguraba que nadie estaba cerca, me ponía a tararear mis canciones favoritas o la que estuviera en mi cabeza las últimas 24 horas. Un día en que me dedicaba a estudiar, te apareciste de repente y me encontraste en aquel lugar, sentí una agradable alegría, estábamos solos en mi lugar favorito, ¿Qué más podía pedir?
No me diste explicaciones, pero por tu respuesta supe que me andabas buscando <<Con que aquí en donde te pierdes>> dijiste y una sonrisa fue mi respuesta mientras estabilizaba mi ritmo cardíaco del susto, no me vi, pero seguro estaba roja, ¿Para qué me querías en ese momento? Sin razones, de casualidad fue nuestro encuentro ahí; mas no sé si fue la misma casualidad la que nos cruzó una y otra y otra vez después de eso.
Estudiábamos juntos así que podía ser así, ¿Tú que me dices? ¿Coincidencia o con propósito? Tal vez un poco de ambas, uno nunca sabe; lo que sí sé es que eso fue otra pieza que jodió el rompecabezas para lo que se avecinaba.
