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     Hablemos un poco de ella, lo diré como hasta ahora, desde mi perspectiva: Hombre, ¡Se te zafó un tornillo!

No, en serio, responderme, ¡¿Qué carajo estabas pensando?! De todas las personas que conocí en mi vida, ella se ganó el premio al primer lugar en mi lista negra: mentirosa, traicionera, doble cara, hipócrita, falsa y una charlatana que se hacía la santa.

¡Arg! ¿Por qué digo todo esto? ¿Por dónde empiezo? ¿Qué no puedo decir de ella?

A ver, para empezar, me vio la cara de estúpida mientras se hacía la que me ayudaba a conseguir algo contigo.

Segundo, me dio la espalda y me abandonó en mi desdicha cuando me molestaban los del grupito de pollos, los idiotas esos, y, para completar, de vez en cuando se unía al pleito y que disimuladamente.

Tercero, y la que más me dolió, se hizo tu novia cuando sobre sabía que tú me gustabas.

¿Quieres más razones? Uff, tengo de sobra.

Recuerdo que cuando me enteré de su relación lo primero que pensé es que debía hablar con ella, necesitaba una explicación, fui tranquila y le pregunté sobre lo que había pasado, dio más vuelta que camello en desierto y se hizo la loca, volví a preguntar y me contesto con una altanería <<¡Que él te explique!>> y se fue, de ahí no volví a tener la misma relación con ella.

Totalmente, ella veía mi sufrimiento como una oportunidad constante de molestarme, desde ponerse melosa contigo cuando de casualidad yo estaba, literal, al frente del espectáculo, en primera fila; hasta pasar por mi lado haciendo comentarios al respecto de su relación con tanta felicidad mientras yo quería morirme ahí mismo.

Ejemplos:

Una vez pasando por mi lado con una amiga, dio conmigo, pero me hizo la que estaba pintada y de la nada <<Ay, la próxima semana cumplo 8 meses con él>> me quedé callada dejando que terminara de cruzar el pasillo y respiré profundamente, no caí en la tentación, pero el dolor punzaba sobre la cicatriz que dejaste al elegirla a ella.

En otra ocasión, que ocurrió mucho antes, pasó algo similar, estábamos en receso, afuera del aula, de nuevo la coincidencia me ponía justo de frente a ustedes y me jugó una horrible: <<Amor, ¿A ti te gusta ella?>> preguntó ella señalándome con la mirada, en vez del "Ella" dijo mi nombre y yo volteé encontrándome después de semanas con tus ojos, fue por reflejo al ser llamada, y tú apenado por la pregunta cortaste el contacto y respondiste <<No>> bajo, para que no oyera, pero igual escuché, junto con los latidos lentos de mi corazón a punto de quebrarse de nuevo. Lo peor, a parte de la sonrisa diabólica que me puso tu noviecita, fue la expresión de lástima que me regalaste.

Y no es todo, ¿Mencioné que también era una descarada? Señor, ¿Cuantas veces la vi coquetear con otros chicos estando contigo? Cada una de las que la encontraba infraganti lo único que me daban ganas eran de quitarme un zapato y lanzárselo a la cara, a ver si se le quitaba la pinta de zorra que se ponía a diario.

Cabe destacar que, a pesar de todo, no estaba celosa de ella, la rabia opacaba eso y no daba lugar para otro sentimiento. Lo más cercano a los celos que me daban a verlos era cuando los encontraba paseando por las instalaciones y tú estabas feliz de estar a su lado.

Eso fue lo único que necesitaba para detener toda hazaña en su contra para separarlos: Por ella tú eras feliz, yo no era quien, para quitártelo, aun así, eso significara irme destruyendo de a poco.

Recuerdos de un amor perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora