Recuerdos de un amor perdido

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     El tiempo transcurrió, pasaron casi dos años y ya todos se montaban la novela de tu relación con ella, con la boda, los hijos y el hámster; después de haber roto y vuelto una vez, fue impactante cuando de un momento a otro, regresando de vacaciones de tercero, llegó la noticia de que habían roto, acabando con su noviazgo.

¿Qué si reaccioné al enterarme? Realmente no, ya yo lo sabía. En esas vacaciones una de nuestras compañeras me invitó a sus 15 años y yo pues, como buena amiga que era, asistí encantada. Dada la casualidad, tú novia estaba ahí y vaya que no lo esperé, ya que varias veces hablé con esta amiga de ella y ambas coincidíamos en que era una maldita hipócrita. Lo dejé pasar y disfruté de la fiesta mientras esperaba la gran entrada de la invitada de honor.

Hubo una que otra mirada entre tu ex y yo al principio, la tensión era horrible, todos los que estábamos ahí conocíamos los grandes pleitos y la larga historia que habíamos tenido, ¿Qué decir? Gracias a dos abusadoras que conocí en ese tiempo tuve que aprender a defenderme y ella no iba a hacer sentirme menos.

Aun así, esa noche no hubo ninguna pelea, diría que hasta me divertí con esa loca, gracias al licor y unos cuantos mojitos, olvidamos nuestras diferencias y la pasamos bien, <<Mi cabello no es así, mi cabello es así>> Fue el memaso que salió de la fiesta cuando tu ex de lo borracha, conversaba con unos chicos e hizo saber de una forma muy cómica que su cabello liso, era en realidad enrulado.

Pero bueno, ese no es el caso, y mucho menos lo importante. Esa noche me enteré de que pensaba romper contigo <<Es que ya no es lo mismo>> le escuché decir a dos de su grupo sosteniendo su teléfono en el que supe que chateaba contigo. Al parecer se habían peleado otra vez, no me enteré porque, pero entendí que si planeaba acabar con una relación de tanto tiempo debió de ser muy fuerte.

¿Qué sentí? Mucho, ¿Qué pensé hacer? Nada, ¿Por qué? Creo que no es necesario responder, ¿Sabes del deja vu? No estaba dispuestas a provocarlo, no iba a pasar por lo mismo dos veces. Si, tenía miedo, si, aún me gustabas un poco, pero no tanto como para ilusionarme de nuevo, así como así.

<<Seguro que vuelven>> pensé mientras veía como tú caminabas detrás de ella como yo lo hice una vez, siguiéndola, apoyándola, teniéndola en cuenta; que irónico, ella ahora no te quería de ese modo. <<Él se pasa de noble>> dijo tu hermano a mi lado cuando en clase de deporte tu corrías a su lado, de nuevo, porque la niña llegó tarde a la clase. Yo solo lo miré y sonreí de lado, asintiendo en concordancia y luego me fui a tomar agua sin más, no tenía nada que hacer ahí, aunque sintiese lo contrario.

El miedo es poderoso, el miedo paraliza, lo entendí en ese momento, cuando otra vez tenía la oportunidad y no quise tomarla, temía que la historia se repitiera, de vivir de nuevo la misma experiencia, de reanudar el circulo vicioso, pero, sobre todo, de escuchar esta vez de ti que nunca me ibas a amar como yo lo hice.