¿Recuerdas esas veces cuando te preguntaba cosas al azar y cuando pedías que repitiera te decía que lo olvidaras? Todas esas veces que me acobardaba. La timidez es todo un caso, no hay que tomarlo a la ligera, puede convertirte en un cordero indefenso y sin libertad de pensamiento, y en el pastor que miente para cubrir su debilidad.
El claro ejemplo fui yo, cielos, en serio, que diferencia hacen los años. Cuando hablaba contigo balbuceaba, hablaba tan rápido que no se me entendía las cosas, coleccionaba excusas para cubrirlas, pero era obvio que no servía para hablar, dime cuando me tocaba exponer, era todo un desastre.
Tú eras todo el opuesto a mí, siempre sabías que tema tocar, que cosa decir, sobre de que hablar y saber cómo continuar para que se oyera interesante, ese fue uno de los elementos que te unió más rápido al grupo que yo no pude durante mis tres años anteriores con ellos en la primaria.
¡¿Cómo lo hacías?! Yo apenas si podía hablar con ellos y tu hacías ver que era tan fácil como respirar, mientras que yo me guardaba la sensación y el pensamiento de que si hablaba no diría nada interesante y me ignorarían, joder, que problema resultada ser.
A veces era hasta incomodo, no sabía que comentarte de mi vida, sin parecer depresiva o aburrida, y nos quedábamos en un sepulcro silencio, ¿Lo recuerdas? A que no sabías que me martillaba la cabeza buscando algún tema en común que pudiéramos discutir con facilidad, pero simplemente, aunque tuviese el tema me avergonzaba de hablarte luego de callarme a tu lado, pero créeme me hubiera gustado hablar más y más contigo de todo lo que me pasaba y contarte de mis pequeñas experiencias de la vida hasta la fecha, perdón si no lo hice, creo que te terminé aburriéndote como a todos y te fuiste con otra persona que si tenía el don de expresarse activamente.
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Recuerdos de un amor perdido
RomanceNo sé cómo te llamaría después de todo lo pasado... Te has estancaste en mi corazón e impregnado en mi mente, tatuado en mi piel y dejado la sensación del roce de tus dedos después de todos los abrazos que me diste. Propinaste caos en mis emociones...