Estaba ansiosa de llegar a esta parte pues ya es bastante penoso escribir que por mucho tiempo fuiste el único que me movió el piso, ¿Para qué negarlo? Había entrada en un ciclo en donde el amor era un nuevo juego, yo le di play y tu al game over, consecutivamente, no quise retirarme y desde entonces pasaba horas incansables intentando, una y otra vez, de cruzar de nivel, sin siquiera haber podido pasar el primero.
Pero ¿Adivinas? Entraron otros jugadores y reinicié la partida.
Mientras tu vivías tranquilo, yo pasé de largo y conocí a otras personas que me llegaron a interesar de la misma manera en que me interesabas tú al principio, pero que, al contrario, fueron más difíciles en aceptar y mucho más rápido de superar.
¿Recuerdas cuando iba y te contaba que había conocido a alguien que me gustaba? Seguro que sí, te ponías muy feliz por mí y empezabas a sacarme información de cómo era, si me trataba bien y que tanto había pasado, y yo tranquila te contaba, no me molestaba en absoluto, te tenía mucha confianza después de todo y tú siempre me escuchabas.
Fueron tres veces, tres casos distintos, tres chicos que te llegué a mencionar —hubo más, sin embargo, no me llegaron a gustar siquiera y no le vi caso de contar—, de que, si me sinceraba, no llegaron a ser especiales tampoco.
Puede que me sentía bien con ellos, puede que me gustara compartir, hablar, bromear, etc; pero no eran como tú, no era como cuando estaba contigo, terminaba por compararlos y era yo quien daba final a la partida, antes de que se pusiera serio y alguien saliera lastimado.
El primero fue por distintas cosas, que, de un asunto a otro, que no quiero mencionar, terminé por desconfiar de él y corté; el segundo fue otro caso, fue con tu hermano, aunque muy superficial, le terminé agarrando cariño a ese loco, pero solo eso: cariño, ahora somos amigos; y el tercero fue con un chico que conocí cuando iba a comprar las entradas de un evento, lo encontré entre un par de personas que conocía y nos pusimos a platica, nos llevamos bien, quedamos, salimos, nos divertimos, hasta me besó, pero él tuvo que irse del país y perdí contacto con él, una pena, me agradaba.
Esos fueron mis otros "amores" que en realidad no fueron amores, sino "me gustan", pasajeros, llevados por el viento, personas que en su momento llamaron mi atención y fueron buenas de conocer.
Ahora puede que haya otros también, pero como pasan de la fecha prefiero dejarlos por fuera, pasarlos por alto, ¿Te parece bien? Seguro que sí, tú confía en quien yo elija, tú siempre estarás feliz de que yo esté con otra persona, ¿Recuerdas? <<Estoy más sola que el carajo>> digo siempre, al no tener nada serio con nadie y tu vienes, ríes y me contradices, <<No vale, ya llegará>> y me das esa sonrisa que tanto me encanta, con tanta seguridad que pareciera que en realidad pasará lo que dieces y que estarás en primera fila para decirme que tenías razón cuando así suceda.
Siempre tienes la razón, si te has equivocado alguna vez es raro, pero conmigo era porque después de alejarme llegué a cambiar mucho —en serio, mucho—, y te escondía algunas cosas; pero el caso es que, como dije arriba, daba exactamente lo mismo cual fuera la razón, no importaba, a cuantos conociera tampoco, y que tan bien me cayeran menos, siempre regresabas tú y lograbas encajar la única pieza que faltaba.
Como dicen por ahí estaba ciega de amor, veía a cuadritos, la mente me traicionaba ahora, confabulaba con mi corazón en mi contra, te querían a ti, sin importar que. Es como si me dijeran, sin mala intención, que era igual, sí, llegaré a encontrar a alguien, que, si me valore, pero siempre quedará una pisca de remordimiento en esta historia, en nuestra historia, puede que termine con otro, pero nunca con el que imaginé: contigo.
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Recuerdos de un amor perdido
RomanceNo sé cómo te llamaría después de todo lo pasado... Te has estancaste en mi corazón e impregnado en mi mente, tatuado en mi piel y dejado la sensación del roce de tus dedos después de todos los abrazos que me diste. Propinaste caos en mis emociones...