NARRA JULIA

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Me despierto en un sitio donde no me suena a ver estado nunca... me siento mareada y con ganas de vomitar y por mucho que intento levantarme mis piernas no tienen la suficiente fuerza. Miro alrededor y todo es antiguo donde no veo ninguna ventana y la única luz que me alumbra es la de una pequeña bombilla en el techo. Intento buscar mi móvil pero caigo en la cuenta de que me lo deje en casa de Carlos... intento moverme de nuevo pero el sueño me vuelve a invadir...
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NARRA CARLOS
Estoy en la puerta de mi casa preocupado dando vueltas de un lado para otro y Dave igual... hace dos horas desde que Julia se fue a dar un paseo...

-Dave la tenido que pasar algo...

-Que no Carlos, no pensemos en lo peor, a lo mejor ha decidido hablar con su madre... ¿y si vamos a preguntarle?

Le hago caso y me dirijo hacia la casa de Julia... llamo a la puerta una y otra vez pero no me abre nadie... voy a pegar al timbre pero no funciona... qué raro, está tarde si que funcionaba. Intento mirar por las ventanas pero las luces están apagadas.

-Joder Dave aquí no hay nadie ¿que hago?

-No lo se... vamos a esperar.

-Dave no pienso esperar ni un minuto más... a Julia le ha pasado algo, lo presiento. Y encima se deja el móvil aquí ¡dios todo esto es mi culpa!

-No... no digas eso -me abraza Dave- No es tu culpa ni la de nadie ¿si? Vamos a encontrarla te lo prometo.

-Como tardes cinco minutos más te juro que llamo a la policía.

Me quedo en el jardín y sin poder evitarlo empiezo a llorar, como le pase o le haya pasado algo no me lo voy a perdonar jamás...

NARRA JULIA

Me despierto de nuevo y con dolor de cabeza, consigo levantarme aunque me cuesta andar ya que sigo mareada. Miro el sitio de nuevo como si quisiera aprendérmelo fotográficamente y me acerco hacia la puerta que hay, intento abrirla pero lógicamente está cerrada.

-¡Eh ayuda! -la golpeó fuerte- ¿hay alguien ahí?  ¡Socorro!

Empiezo a ponerme nerviosa y a llorar, esto no me puede estar pasando a mí, de nuevo no... Me doy cuenta de que hay una pequeña ventana, me acerco hacía ella y miro a fuera por si me suena el sitio de algo... pero no. Lo único que se me ocurre ya que hay humedad es escribir en el cristal SOS por si alguien lo ve, aunque dudo que alguien se fije en el cristal de... ¡esto es un sótano!
De repente la puerta se abre y la figura de una mujer empieza a bajar la escalera, al principio creo conocerla pero una vez que está a dentro no me suena de nada.

-¿Quien eres? Por favor ayúdame...

Está empieza a reírse y me deja una bandeja de comida en el suelo...

-¿De verdad piensas que te voy a ayudar? Menuda idiota

Me da una bofetada que me hace perder el equilibrio y caerme. Y de repente sin tener fuerzas apenas me abalanzó hacia ella quedando yo encima, le devuelvo la bofetada y le doy un mordisco en la mano que me intenta coger del cuello, haciéndola de gritar, me tira al suelo me coge del pie y yo consigo darle una patada en el pecho, veo como se cae para atrás y sin pensármelo empiezo a subir las escaleras rápido saliendo de allí y cierro la puerta, pongo una silla apoyada en esta para que no la pueda abrir, aunque dudo que dure mucho. Si el sitio que veía a fuera no me sonaba de nada la casa menos todavía... busco una puerta para salir pero al intentar abrirla veo que está cerrada ¡será cabrona! Todas las ventanas están también cerradas y no me queda otro remedio que coger una silla y tirarla hacia una para romperla. Al estar descalza y a ver cristales por el suelo me corto con varios de ellos y empiezo a sangrar.

-Se que odias los cristales -me sorprende la misma de antes y veo que ha conseguido salir del sótano- No vas a ser capaz de cruzar la ventana y lo sabes...

Empiezo a sentirme mareada de nuevo y es que la sangre ya de por si me marea... pero entonces es cuando escucho la voz de alguien...

No te rindas Julia -escucho su sonrisa- ¡Tu puedes hacerlo mi niña! ¡hazlo!

Es la voz de mi padre... lágrimas invaden mi cara, al menos se que si me muero estaré con él. Ojalá nunca te fueras ido papá, todo sería tan diferente -digo en voz alta- Y sin poder remediarlo aún teniendo fuerzas para cruzar esa ventana, me desmayo.

Luz... mucha luz. Me levanto en un campo rodeada de mis flores favoritas, girasoles. La temperatura es tan cálida que no se me apetece moverme de donde estoy... pero es el silbido de alguien lo que me hace mirar hacia atrás.
Cuando miro y veo que es él sin pensármelo empiezo a correr hacia su dirección, pero me doy cuenta de algo y es que por mucho que corra nunca llego hacia donde está el. Empiezo a ponerme nerviosa y a intentar correr más... pero me empiezo a cansar, a asfixiar y cuando me doy cuenta, él desaparece y yo estoy tumbada en el mismo sitio pero ya no es bonito, ahora estoy rodeada de girasoles marchitadas...

Esta historia entre tus dedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora