NARRA JULIA

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Ha pasado mucho tiempo desde que se fue Carlos a hablar con la azafata y eso me preocupa. Miki no se ha movido de mi lado y se lo agradezco, estoy bastante nerviosa y María no es que me ayude mucho, cada vez que está cerca mía me mira mal.

-¿Pasa algo Miki? -le miró- Carlos esta tardando mucho...

-No, no creo, si pasase algo ya nos hubiéramos enterado.

Minutos después Carlos sale de donde estaba hablando y vuelve a su sitio sin decir ni una palabra. Después sale la azafata con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Que has hecho Carlos? -escucho como le pregunta Miki-

Nada -sonríe- cosas mías...

-Este chico parece que no sabe arreglar las cosas de otra manera...

-¿Queda mucho para llegar? -cambió la conversación-

-Mmm más o menos unas ocho horas...

-Se me está haciendo enterno -me apoyó en el hombro de Miki-

-Duérmete un poco si quieres -me acaricia la mejilla-

-Ya he dormido demasiado -le miro- como siga así no voy a dormir en una semana por lo menos...

-Que exagerada -pone los ojos en blanco-

Me vuelvo a apoyar en su hombro y sin quererlo me vuelvo a dormir. Esta vez no sueño nada, todo esta tranquilo y en el sitio en el que estoy hay mucha paz.
Miki me despierta y me da la buena noticia de que ya hemos llegado.

-Ya era hora -digo media dormida- se me ha hecho eterno.

Salimos por fin de ese avión que espero no coger más y Miki me coge de la mano.

-Somos pareja ¿recuerdas? -me da un pequeño beso en la mejilla- Tengo ganas de llegar a nuestra casa -me susurra en el oído-

Le sonrío y cogido de las manos salimos de ese aeropuerto. Por suerte no ha habido ningún problema y nos han dejado pasar. Bajamos al aparcamiento donde nos esperan dos coches.

-Lleva a Julia que yo me voy con Maria -dice Carlos súper serio-

-Me lo imaginaba -me abre Miki la puerta del coche- no creo que tenga muchas ganas de ir contigo.

Veo como le mira desafiante y sube al coche.

-¿Miki estas bien?

-No lo soporto -he pasado de amor a odio- Está insoportable y no tiene derecho de tratarte así.

Se acerca a mí y suavemente me da un beso. Sin quejarme le correspondo y cuando paramos me doy cuenta de que Carlos nos está mirando. Me vuelvo a acercar a Miki y le doy otro beso, esta vez más intenso, escucho como Carlos arranca el coche y se van de allí, yo sin embargo cada vez me gusta estar más así con él hasta que acabo sentada encima suya.

-Julia... Julia -me para Miki- Esto es una locura... -se ríe- estamos en el aparcamiento del aeropuerto.

-Me encanta esta locura -empiezo a darle besos por el cuello- y me encantas tú.

Miki me coge fuerte de la cintura y siento como sus manos empieza a acariciarme la espalda, pero...

-No... no Julia -me hace sentarme en mi sitio- no quiero que esto sea así...

-Perdón -me pongo el cinturón- ha sido mi culpa...

-No, no es tu culpa tampoco -suspira- has hecho lo que sentías ¿si? Pero es mejor que nos vayamos a la casa.

Durante el camino Miki pone música y charlamos de distintos temas, y se lo agradezco, gracias a él me estoy despejando.

-Canadá es preciosa -sonrío- ¿podremos salir?

-En eso consiste Julia... en que puedas hacer tu vida normal de mientras aquí.

-Me da miedo de que me encuentren...

-No va a pasarte nada, te lo prometo, para eso estoy yo... bueno... -suspira- y Carlos y María...

Llegamos por fin a la casa y lo único malo es que aquí sí que vivimos los cuatros juntos. La verdad es que no me hace nada de gracia y la convivencia va a ser un caos. Cuando entramos Carlos y María están muy cariñosos en el sofá viendo la tele, María está casi encima de Carlos y esté le está haciendo cosquillas en las piernas.

-Ya hemos llegado -habla Miki- Gracias por esperarnos en el aparcamiento eh...

-Estabais ocupados -contesta Carlos- no os queríamos molestar.

-Ya -se acerca Miki- pero os recuerdo que estamos aquí para proteger a esta chica -me señala- no de vacaciones y podría a ver pasado algo allí y estar yo solo. A ver si pensamos.

-No creo que a Julia le interese mucho que le salve yo la vida -habla María-

-Anda -le miró a los ojos- pero si sabes hablar yo que pensaba que eras la sumisa de Carlos...

María se levanta del sofá para acercarse a mí de una manera muy "vacilona"

-Uy que me vas a hacer ¿pegarme? No creo que a tu jefe le guste que pase eso... tranquila que te dejo libre para que te folles a Carlos las veces que te dé la gana.

Me voy de allí dejándola con la palabra en la boca y entro a una habitación. Es muy luminosa y grande. Veo como las maletas de Carlos y María están en la cama. Las cojo y las tiro a fuera en el pasillo para coger la mía y la de Miki y meterlas a dentro. Está habitación la quiero para mí.

-Que malota que estás -entra Miki-

-¿Sabes que? -le sonrío- Ahora no te me escapas...

Tiro a Miki en la cama para ponerme encima y empiezo a besarle...

Esta historia entre tus dedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora