-Aún no tengo mis conclusiones pero puedo decirte que de alguna forma me agradó este día. –Se levantó y se sentó a mi lado, la miré.- Fue muy... diferente, agradable y... encantador. –Me besó.- No quiero regresar, ¿no podemos huir?-Me sorprendí de aquella pregunta, ¿Huir? Era realmente arriesgado. Elizabeth se había apoyado en mi hombro y la rodeé con mi brazo.
-Si todo fuera realmente fácil, pequeña. –Besé su cabeza. De repente, vi algo que me intrigó.- Satisface mi curiosidad Elizabeth: ¿Por qué trajiste el abrigo sabiendo que, a pesar de que estaríamos al aire libre, aquí la temperatura no es tan baja?
-Em... en la noche hace frío.-Se alejó para levantarse y volver a donde estaba antes. Me fui con ella.
-Pudiste entregármela para guardarla, ¿Segura que no es por los cortes?-La había tomado de las dos manos, colocándolas en medio de las mías.
-Odio mostrarlas en público, en el colegio siempre cargaba muñequeras o pulseras porque las muñecas era lo único que me cortaba.
-¿Y cómo terminaron esos cortes en los brazos?-Sus ojos se habían aguado y se le salió una pequeña lágrima, se la limpié.
-Unas semanas después de que... entré. Son más de lo que tú crees.- ¿Más? Oh Elizabeth.
Y entonces ella me abrazó, le devolví el abrazo y como odiaba que se sintiera así. Quería hacer algo al respecto, así que decidí preguntárselo pero:
-No Jefferson, no me preguntes nada por favor. No arruines el día con tus preguntas.
-No quiero verte así, si pudiera ayudart...
-No, no y no. –Se separó.- ¿Cómo quieres que me abra y diga todo lo que pienso cuando he estado en silencio la mayor parte de mi vida? Yo puedo con esto. Si preguntas, será peor. No arruines el día... por favor.-Asentí y no dijimos más nada.
Ella no puede con esto sola, lo sabe. Elizabeth por más cerrada que sea, sabe que tiene que ceder alguna vez... y confiar en mí. Nos quedamos mirando el parque y apenas me daba cuenta que ya nos tocaba bajarnos.
-¿Vamos? –Asentí y nos fuimos.- ¿Qué vamos hacer ahorita?-Me preguntó mientras nos sentábamos en unas bancas, ya ella se encontraba mejor.
-Bueno, iríamos a una última atracción y de ahí comeríamos para irnos.
-¿Y a qué hora nos iríamos?
-Como a las nueve y media o a las diez.
-¿Y qué hora es?-Miré mi celular y le había dicho que eran diez para las siete.
-Y tú escoges la última atracción.-Sonrió.
-Mejor vamos a comer primero, hay un espectáculo que me gustaría ver.
-Como digas, pequeña.-La besé y nos fuimos a Boardwalk Pizza & Pasta.
Después de comer pasta y de haberle mandado un mensaje a Amelie que Patrick me había invitado a cenar, ella fue la que me llevó hacia el lugar. Le había preguntado si sabía en dónde era ya que esta era su primera vez aquí y me dijo que lo había visto mientras íbamos a Hollywood Tower y que en la entrada había un mapa, sabiendo que ese era el lugar que ella querría ir antes de que nos fuéramos; asentí y dejé que tomara el control. Yo ya había venido antes: Dos veces con Amelie y una para el cumpleaños de una prima cuando era pequeño.
El lugar era bastante grande y había unos porteros disfrazados de... ¿Tweedledee y Tweedledum? Nos pidieron unas contraseñas y tuvimos que pedírselas a unos chicos con sombreros altos que supuse que tenían que ver con el Sombrerero Loco. Volvimos con los "gemelos", le dimos la contraseña y cuando entramos... Vaya, esto sí que era enorme: Varias luces de neón, un enorme escenario cuyos personajes me eran familiares, hacia la izquierda otro escenario y a la derecha creo que había una sala de juegos.
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16: La vida de Elizabeth Collins y Jefferson Stan
RomansaElizabeth Collins ha estado internada desde hace dos años y cuatro meses en un centro psiquiátrico por una razón aún desconocida, todos los doctores que la han tratado no han podido sacarle la información hasta que su caso lo asume el Dr. Jefferson...