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Llego al sótano de Grey House y miro a Olivia asombrado. Tiene buen gusto, lo reconozco. No me tiene babeando, pero está a la altura de lo que planeo.
Con educación, ante todo, le ayudo a subir al auto y nos dirigimos a la mansión de mis padres, que encantados, aceptaron que la boda fuera en su casa.
-Señor Grey, me permito decirle que se ve muy muy guapo- dice Olivia.
Su voz de ardilla chillona me pone los nervios de punta, pero para no mostrarme descortés, le sonrío y pongo música.
En el reproductor del auto dejé un disco de Tracy Chapman y comienzan a escucharse los acordes de Fast Car. Ella me mira como si fuera un bicho raro y trata de quedarse callada.
Llegamos a la casa y dejo a Olivia un momento para ir a ver a mi hermana.
Entro a su habitación y me quedo asombrado de lo que veo.
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Mi hermana ya está vestida con su traje y se ve preciosa. Me mira por el reflejo del espejo de su habitación y sonríe.
-Te ves hermosa, Mia. -Hermano. Gracias por venir- se gira y se acerca a mí -No me agradezcas. Eres mi hermanita, es mi deber y un privilegio verte crecer y ser feliz. -Te quiero- me abraza y me da un beso en la frente. -Y yo a ti.
Tras un abrazo largo y cariñoso bajo al salón y me encuentro con Elliot.
-Hermano, que gusto que vengas... Papá y mamá se pondrán felices de verte aquí- me dice y me da una palmada en la espalda. -A Mia, o a ti, nunca les voy a fallar. -Lo sabemos, pez gordo. -¿Y tu bruja... Perdón, tu novia?- le pregunto por Kate. -Esta con las otras damas de honor, preparándose para la ceremonia. -Vaya... Pues en poco tiempo empieza- le digo mirando el reloj. -Pues ya que tú no te enteraste, te aviso: tú, Javier y yo vamos a entrar a la capilla que improvisaron después de Ethan y Diane. Después pasarán las madrinas y tras ellas papá con Mia. Nos vamos a sentar casi tras ellos y de ahí, pues a rogar por qué la ceremonia termine pronto- bromea Elliot.
