12| Hablando con la luna.

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Antes que nada saben que yo advierto acerca de las escenas subidas de tono, pues algunas de ustedes son pequeñas pero como les vale madres 😂bueno en todo caso colocaré estos (***) por si no quieres leer esa parte.

Luego no dirán que no se los advertí.


—¿Estás segura que deseas irte?—le dijo Luisa, su amiga mientras tomaban un café, Carmen había regresado dejando a la Alicia en la escuela.

Ella y Chris no habían hablado hace cinco días.

—Es un nuevo comienzo.—murmuró.

—Eso no es lo que pregunté.

—Es que, una parte de mi quiere irse olvidar toda esta mierda, la otra quiere quedarse junto a ellos. O sea que estoy entre la espada y la pared con mis pensamientos. —dijo, llevándose la taza de café a los labios.

—Me dijiste que tus hermanas te consiguieron un puesto en una editorial, eso es bueno, por fin podrías desempeñar tu carrera. —Luisa le sonrió.

—Lo sé, además la casa que mamá tenía allá era preciosa, según recuerdo, pero tengo miedo que Alicia se haya encariñado con Christopher y Mateo. Si los separo ahora sería muy duro para ella.

—Si te vas a ir, debes cortar todo tipo de comunicación que con él, Alicia sabe que él no es su padre, sólo quería sentir cómo sería si ella tuviera un papá. Y el niño de Christopher, pues supongo que siente lo mismo que Alicia. Tú podrás superar a Christopher, pero Alicia quizás no.

—¿Cómo sabes que superaré a Chris?

—Porque te conozco desde hace cinco años, sé que lo suyo no fue muy profundo. Lo olvidarás. —su amiga dejó la taza en el plato y miró a Carmen.—A menos que te hayas enamorado de él, entonces estarás jodida.

—Tal vez.—dijo, su celular sonó.

—Vengo del baño, Carmen.—ella asintió despreocupadamente y sacó el celular. Le llamaba Christopher. Deslizó el dedo por la pantalla y se llevó el celular a la oreja.

—¿Qué pasa?—susurra medió nerviosa, nadie responde al otro lado, solo escucha la respiración del castaño.

Jodida mierda. —murmura y luego la llamada se corta. La rubia medio confundida, medio aliviada guarda de nuevo el celular. Luisa camina hasta ella.

—¿Nos vamos?—cuestiona, la rubia asiente y le da dinero a Luisa para que pague. Debe ir y hablar con su jefa para indicarle la causa de su renuncia, además de comprar algunas maletas.

Se despide de Luisa unas calles más abajo y camina despacio hasta su departamento, debe pagarle a la señora Daysi, pero primero empezará a acomodar las maletas. Y podría también ir a retirar la carpeta de su hija.

Sube por las gradas cuando ve a Christopher bajar por el ascensor, no quiere hablar con él. Será lo mejor.

Su celular suena de nuevo y rápidamente contesta, el cuerpo de Christopher desaparece en la esquina.

—¿Si?

—¿Ya tienes el boleto? —pregunta su hermana mayor, Jenny, —porque estoy en la casa de mamá vigilando que todo esté en orden, si necesitas puedo comprarte uno ahora...

Aprender a amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora