Capítulo 11: Radiación

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Mientras pongo ropa del hermano desaparecido de Érica en mi mochila, me pongo a pensar que tan solo hace dos días estaba en una situación completamente distinta, estaba tranquilo y relajado sin nervios, ni miedos ni inseguridades. Supongo que nunca sabemos cuando nuestra vida puede cambiar drásticamente.

Me acerqué al living donde Alfredo y Clara estaban sentados con los chicos tomando mates. Ya sé que decidieron venir conmigo pero creo que lo correcto sería insistir en que se queden. De alguna manera siento que los estoy arrastrando.

—Chicos.— digo con una voz algo débil.—Estaba pensando y quería decirles que no tienen que venir conmigo.

—¿Otra vez huevón? ¿Cómo que no tenemos?— pregunta José apoyando su cabeza en el sillón en el que está sentado mientras expresa su fatiga.

—Me refiero a que no quiero que hagan todos estos kilómetros, no tienen que hacerlo, esto es algo muy personal para mí. No quiero involucrarlos.

—Ya estamos todos involucrados Maxi. Lo vamos a hacer juntos.— dice Brenda mientras Érica le hace una trenza.

—Pero es un viaje tan largo, tendrían que volver con Érica a Rufino, escuché que los colectivos están volviendo a la normalidad, van a encontrar alguno seguro.

—O vamos a explotar en alguno seguro.—comenta José con malicia.

—Pará, perdonáme.— dice Érica agarrándose la frente con una mano y con la otra en la cintura.— ¿Quién te consiguió la traffic?

—Vos.

—Claro que fui yo. Y de verdad quisiera que fuéramos todos juntos. No vamos a separarnos. Ustedes son lo único que me queda.

—¿De verdad quieren ir?

—Claro que queremos, vos sabés que sos mi hermano y nunca te voy a dejar.— Dice José.

—Érica tiene razón Maxi, ahora somos una familia, tenemos que permanecer los cuatro juntos.— dice Brenda y me dedica una media sonrisa y en ese momento supe que nunca más voy a tratar de alejarme de ella.

Primero les sonrío y luego les agradezco.

—Bueno jovencitos ¿Ya están listos? Hay que salir cuanto antes.—Dice Alfredo parándose.

—Si niños, subamos ahora.—Agrega Clara con una hermosa sonrisa.

Pocos minutos después estábamos arriba de la traffic. La llegada de Alfredo y Clara fue un alivio para mí, fue efectivamente una luz que comenzó a brillar en medio de mi densa obscuridad.

Todavía no podía comunicarme con Andrés, pero tenía tantas ganas de decirle que iba a ir para allá, que iba a ir a verlo. Tengo una emoción tan sublime dentro de mí, aunque sé que el viaje será largo. Más largo que cualquier otro viaje que haya realizado.

En el viaje veníamos charlando con Alfredo y Clara, quienes nos contaron sus vidas, nos contaron a quien habían perdido en el Rapto y muchas cosas más.

Hablar con ellos me resultaba agradable. Ya que no tengo abuelos, Alfredo y Clara me hacían pensar que podía encontrar ese tipo de familia en ellos, a pesar de que acabo de conocerlos. Brenda y yo hablamos mucho, también Érica con José y también los cuatro. Nuestra unión es rara, obviamente impulsada por el desastre a nuestro alrededor pero hablamos y nos tratamos cómo si nos conociéramos de toda la vida.

Las horas pasaban volando mientras más nos alejábamos del corazón de la bestia.

Duermo y cuando me despierto sé que han pasado horas, Robin me ladra y veo a los chicos mirar por una ventanilla de la traffic, me acerco hacia ellos con curiosidad.

Las Crónicas del Rapto [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora