Te Vi Venir •|Aristemo|• [TERMINADA]

Los nuevos inquilinos.

La burra se detuvo frente a un gran Herbolario que estaba en la esquina de la dirección que le habían marcado.
Francisco, Pancho, López abrió su puerta, bajo de la burra y fue hacia el negocio.

El lugar tenía olor a canela, y algún tipo extraño de neblina que sólo estaba dentro del local. Mirando hacia todos lados pudo ver a una señora de cabello oscuro, y con cara de bonachona parada tras el mostrador.

- Bienvenido al Herbolario Córcega, señor. - saludo la mujer.

- Muy buenas mi doña, mi nombre es Francisco, Pancho López y estoy buscando a doña Blanca por el departamento.

- Ay, sí claro. Soy yo. - dijo la mujer dando la vuelta al mostrador para acercarse a Pancho. Le extendió la mano para saludarlo, el hombre respondió tomando la mano.

- Mucho gusto. -

- Igualmente. - se soltaron las manos y  Blanca haciendo ademán de que esperara fue por un momento a la parte trasera del negocio. - Polita! El nuevo inquilino llegó! - escucho Pancho gritar a Blanca.

Unos instantes después doña Blanca volvía junto a otra mujer, mucho más joven y ojos verdes.

- Mucho gusto - dijo - Soy Polita, la cuñada de Blanca. Los estábamos esperando. -

Luego de un par de cordialidades Pancho recordó que sus hijos seguían esperándolo en la burra así que los tres salieron a saludarlos.

Los tres niños habían salido del vehículo y se encontraban parados en la vereda esperando. Eran dos varones y una niña. Uno, como ya había dicho Ari era de su edad más o menos mientras los otros dos eran de la edad del hijo de Robert y Julieta, David.

- Estos son mis hijos - Los presento Pancho orgulloso, - Cuauhtémoc - señaló al mayor quien educadamente saludo a las dos mujeres.

- Que guapo está - comento Blanca mientras le.daba un beso.

- Gracias, señora. -

- Y educado - Temo rió.

- Y estos son mis calcomanias, Ana Guadalupe y Julio. -

Los niños saludaron con la mano mientras Polita y Blanca los miraban de manera afectuosa.

- Sean bienvenidos, niños -

- Gracias, señora - respondieron al unisono.

- Y su esposa? - pregunto curiosa Blanca.

- Ah, no. Somos solo nosotros cuatro. - respondió Pancho. Polita noto que los tres niños miraban hacia otro lado y pudo sentir una gran tristeza en los cuatro, por lo que dió un codazo a su cuñada para que no preguntará más.

- Bueno, bueno, si ya están aquí que les parece si les muestro el departamento? - propuso Blanca. Pancho acepto y la siguió con sus hijos mineras Polita volvía al negocio.

*****

Para cuándo Ari llego de la escuela su mama le dijo que iban todos a la casa de Blanca y Eugenio porque querían darle la bienvenida a los inquilinos nuevos.

- No vamos a comer antes? - pregunto Ari, de verdad que tenia mucha hambre.

- Tu tía preparo todo un festín para darle la bienvenida a los vecinos, vamos a comer allí. - le explicó su mamá.

- Okay, me cambio y voy. - Dijo Ari dejando su mochila en una de las sillas de la sala.

Ari fue a cambiarse rápidamente. Mientras lo hacía pudo oír a sus padres discutir porque su papá no quería bajar y tener que convivir con los mortales. Como siempre su papá tan intolerante con los demás. No le sorprendía pero no entendía por qué era así, si vivían rodeados de mortales en toda la colonia.