EPILOGO

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Habían pasado diez meses desde esa parcial separación entre Marinette y Adrien. Aun y la distancia, se mantenían en contacto a través de internet y llamadas telefónicas; consiguiendo cuadrar agendas en algunas fechas en las que habían podido reunirse tanto en París como en Londres.

Las cosas parecían no ir tan mal como pintaban al principio. No obstante, no podían echar en falta verse cada día como así lo deseaban.

La relación entre Gabriel y Emilie daba la impresión que iba por buen camino y, con ese tiempo de convivencia, el vástago de los Agreste aprendió a tolerar un poco más a su madre, aunque seguía guardándole cierta desconfianza.

Por otro lado, la Cheng supo aprovechar los ratos libres ayudando a sus padres en la panadería o saliendo con sus amistades, a la par que se preparaba para su ya cercana vida universitaria.

Una tarde, la joven se reunió en el apartamento de Luka con el resto de sus amigos; Lila inclusive. A los tres meses de la partida de Adrien, tanto la euroasiática como la italiana retomaron paulatinamente el contacto, llegando a su buena relación inicial.

- Tengo hambre.- se quejó Nino, acomodado en el sofá del salón con Alya recostada sobre su pecho.

- Pues tienes un precioso bombón al que puedes hincarle el diente.- bromeó el músico con pillería.

- Tú sí que sabes como enamorar a una chica.- murmuró la morena con una tenue risita.

- He nacido para ello.- alardeó el de gemas marinas, pasando por el lado de la pareja-. Lástima que mis huevos prefieran las salchichas y no las almejas.- coqueteó con una mirada indiscreta en dirección al dj.

- ¡Eh! ¡Búscate otra salchicha!- se quejó la Césaire, lanzándole un cojín al anfitrión a modo de reproche.

- Tenía una de rubia y apetitosa, pero se fue para partir ortos ingleses.

- Sabes que estás hablando de mi novio no gay, ¿cierto?- rebatió la ojizarca, apareciendo por detrás de su amigo con el ceño fruncido.

Luka la ojeó de forma juguetona, cruzándose de brazos en una actitud superflua.

- ¿Y tú qué sabes?- provocó en un tono granuja-. Que sepas que antes de irse, tuvimos una despedida muy intensa.

- Que te empalmaras al abrazarlo no cuenta.- replicó inflexible la Dupain, alzando una ceja-. Sí, me lo contó; lo traumatizaste.

- Seguro que le gustó.- contradijo el ojizarco con una sonrisa ladina-. Espera a cuando regrese, le daré una bienvenida que jamás olvidará.- se regodeó en una postura relajada, observando con interés a la menor-. Por cierto, ¿cuándo vuelve?

- Dentro de dos meses.- respondió la azabache en el acto con una expresión soñadora.

- Ya vemos que no pierdes la cuenta.- añadió Lila con displicencia, trayendo varias latas de refresco de la cocina.

Marinette viró el rostro donde se hallaba la castaña, tomando una de las bebidas para luego echar un trago.

- Claro que no.- comentó como si fuera evidente, encogiéndose de hombros-. Tengo aún que pensar que voy hacer, ¿quizás podría prepararle una fiesta de bienvenida?

- Yo creo que su fiesta sería que lo esperaras vestida de Eva sobre la cama.- añadió el músico con voz calma.

- ¡Lu-luka!- exclamó ruborizada la franco-china, tapándose la cara con las manos.

- ¿Qué? Ni que no fuera cierto.- indicó despreocupado, acomodándose en uno de los extremos del sofá junto con la pareja de morenos-. Seguro que en vuestras visititas, ni siquiera os movíais de la habitación.

||+18|| ▪TURN ME ON ▪                  ➤ ADRINETTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora