➳ Written by GaabyKookie ♡
¿Qué pasaría si el próximo heredero a la corona ya no quiere casarse con un príncipe? ¿Qué pasaría si ya no quiere la vida tranquila y acomodada en el palacio donde creció?
¿Qué pasaría si se enamora del dragón y quiere vi...
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JiHoon era el encargado y el responsable de la inauguración del nuevo centro adoptivo de la ciudad donde eligió meticulosamente a las cuidadoras y educadoras que estarían al cuidado de los menores.
También estaba trabajando en la ley de adopción, realizando las modificaciones necesarias para luego presentarlas frente a sus padres y a los parlamentarios.
No era posible que las parejas homosexuales no pudiesen adoptar.
Y que las parejas heterosexuales tuviesen que esperar tanto tiempo por una respuesta que en la mayoría de los casos era negativa.
O que una persona que estuviese completamente facultado para criar y educar a un niño no pudiera hacerlo por el simple hecho de estar soltero.
No todas las familias tienen dos padres.
No todas las familias son con padres.
Y había que hacer un cambio antes de que los años siguieran pasando y más niños siguieran creciendo sin el amor y el cariño de una familia.
Se bajó de la limusina real y acomodó su chaqueta de tela color turquesa pastel, una linda cola caía con elegancia desde su espalda llegando un poco más arriba de sus fosas poplíteas, los botones dorados hacían juego con su camisa blanca y el listón que envolvía su cuello.
Tenía un poco del estilo Victoriano que tanto le gustaba.
Apenas ingresó al centro adoptivo sus ojos se posaron en SeungCheol, quien se encontraba junto a su madre, bajó la mirada y elevó ligeramente las comisuras de sus labios saludando a la prensa invitada.
Todo era como lo había imaginado, un lugar alegre y luminoso, con las paredes de color blanco pero arcoíris pintadas en ellas, junto a diferentes animales como mariposas, conejos, caballos, patos y osos. Las cortinas eran amarillas y las mesas con la deliciosa comida estaban perfectamente ordenadas para ir degustando de las preparaciones hasta llegar al final donde había un escenario esperándolo para dar el discurso.
Sonrió al ver las mariposas de papel hechas por los pequeños que habían pegado en el podio de madera.
Estaba feliz por los niños y no podía negarlo, los pequeños le contagiaban la alegría con sus sonrisas llenas de esperanza y emoción.
Pero una parte dentro de él estaba destruida.
Y no podía evitar derrumbarse un poco más cada vez que sus ojos se cruzaban con los de SeungCheol recordando las duras y frías palabras que salieron de su boca.
Todos los presentes aplaudieron al finalizar la ceremonia del corte de cinta, los reyes felicitaron a su hijo para que luego realizara las entrevistas programadas.
En un momento de la tarde el príncipe se acercó a los exquisitos aperitivos mientras veía la divertida obra de teatro que habían preparado los niños y que tenía a todo el mundo mirándolos y riéndose a carcajadas de su increíble creatividad, desde sus pequeños asientos de colores que rodeaban el escenario.
