➳ Written by GaabyKookie ♡
¿Qué pasaría si el próximo heredero a la corona ya no quiere casarse con un príncipe? ¿Qué pasaría si ya no quiere la vida tranquila y acomodada en el palacio donde creció?
¿Qué pasaría si se enamora del dragón y quiere vi...
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El cambio de estación trajo al crudo invierno que azotó a la ciudad y un delicado manto blanco cubrió las calles dándole la bienvenida a la época navideña. Pronto comenzarían a escucharse los villancicos, las tiendas serían adornadas con luces de colores y los correos se llenarían de las cartas que los niños le enviaban a Santa Claus.
Todos estaban esperando el gran baile donde finalmente el príncipe JiHoon se comprometería, la familia real siguió sus tradiciones adornando el enorme pino que estaba afuera del palacio y que se encendería el día del baile, el espíritu navideño se respiraba en el aire pero JiHoon tenía planes muy diferentes a las preocupaciones que tenían sus padres con el compromiso.
Se asomó en la cocina asegurándose de que no hubiese nadie a su alrededor, caminó acercándose a la isla con cuidado de no hacer ruido y sus brazos rodearon la cintura de SeungCheol quien estaba desayunando.
El joven príncipe apoyó el mentón en el hombro del pelinegro dejándole un beso en la mejilla.
—Te estaba buscando —Dijo JiHoon abrazándolo por los hombros.
—Usted me dirá en qué le puedo ayudar —Habló SeungCheol —Estoy a sus servicios.
—¿Completamente a mis servicios? —Preguntó en un tono travieso.
—Sí.
La limusina real fue estacionada en las afueras de la ciudad, cerca de la granja de los señores Choi aprovechando que los trabajadores del lugar estaban realizando sus compras para navidad con sus familias.
JiHoon se sentó en el trineo y SeungCheol se sentó detrás de él, lo abrazó con fuerza y sintió las manos del príncipe buscando las suyas, entrelazaron los dedos y el menor cerró los ojos cuando se deslizaron por la colina para acabar riéndose a carcajadas al girarse y rodar los últimos metros terminando acostados boca abajo en la nieve.
—¿JiHoon? —Preguntó SeungCheol preocupado al verlo en la misma posición, sin moverse. Se acercó y el menor levantó la cabeza con algo de nieve en el rostro y una enorme sonrisa.
—Hay que repetirlo.
Estuvieron parte de la mañana jugando como si fuesen dos niños pequeños, como si hubiesen regresado al tiempo donde se conocieron.
Por más miedo que sintiese JiHoon al subirse solo al trineo lo hizo con el ánimo que le entregó SeungCheol quien lo empujó con suavidad, luego se subió con él, el príncipe lo abrazó por los hombros y gritó como nunca antes al bajar.
—Las alas deben ser más grandes —Dijo SeungCheol entre risas, viendo como JiHoon se esforzaba estirando sus brazos lo que más podía —Más grandes.
—Eso intento —Frunció el ceño y movió los brazos más rápido, como si con ello iba a poder llegar más lejos.
