Pov Lucy
Han pasado varios meses desde lo sucedido en el castillo de la bruja blanca y mi regreso a Cair Paravel.
Como la bruja lo ha dicho, sus regalos finalmente se están manifestando, al inicio fue su poder de hielo, que cada vez se me complica más el ocultarlo.
El segundo, su maldad, trato de suprimirlo, pero me es imposible el hacerlo, es como si algo dentro de mí me impulsara a hacer algún tipo de maldad y en vez de sentir tristeza y arrepentimiento, me siento feliz y emocionada, ya he causado varios destrozos aquí en el castillo, pero creen que son cosas de los soldados, algunas de sus bromas de vez en cuando que suelen hacer para relajarse.
Aun no se ha manifestado el tercero, al que más temo... espero que se tome su tiempo en manifestarse o que nunca llegue a hacerlo.
Siento el suave viento remover mi cabello, mientras contemplo el atardecer desde mi balcón, tal pareciera que me está reconfortando, como si supiera mis preocupaciones y tratará de consolarme diciendo que todo estará bien, cuando sé que no lo estará.
Suspiro.
No quiero que llegue, ¿Qué se supone que voy a hacer? No seré capaz de ocultarlo, si muy apenas soy inconscientemente salvada por los soldados, pero, ¿Qué es lo que diré? No lo sé, no habrá nada que me salve en ese momento.
Lagrimas nuevamente surcan mi rostro, inmediatamente las seco pues nunca se si algunos de mis hermanos están merodeando por el jardín, lo último que necesito es tenerlos encima de mi preocupándose.
Entro en mi habitación, al percatarme de la llegada de la noche, miro la fogata encendida en la chimenea, se acerca el invierno, antes no lo hubiera dudado y estaría con mis hermanos planeando lo que haríamos en navidad, pensar que esta navidad seria posiblemente una de las ultimas que pasare junto a ellos no lo soporto.
- Lo siento, por mi culpa no puedes ser feliz – Escucho una voz decirme con tristeza, miro frente a mí, es ella.
- Tú no tienes la culpa de que esto haya sucedido
- Pero claro que, si la tengo, si yo nunca hubiera entrado en esa cueva, tu no estarías así – Me decía con lágrimas en los ojos.
- Nadie tiene la culpa de lo que está sucediendo, de hecho, de alguna forma me alegra tener esto, puesto que así sé que nadie más está sufriendo lo que yo estoy pasando.
- Lucy... lo siento... lo siento... lo siento... - Se disculpaba mientras lagrimas caían de sus ojos, me acerco a ella y la abrazo, de inmediato corresponde y comienza a llorar.
Pensar que esta pequeña de cuerpo frágil y débil, haya sido la misma que me ha apartado de todo lo que realmente amo, este aquí conmigo tratando de ser consolada mientras se disculpa constantemente.
Pensar que una simple niña fue alguna vez conocida como la temible y formidable... bruja blanca.
Todavía recuerdo la primera vez que la vi.
Flashback
Habían pasado un par de semanas desde que he vuelto a casa, los poderes cada vez han aumentado, aunque la mayoría de tiempo trato de mantenerme tranquila temo el momento en que todo se salga de control.
Sin mencionar que el día de ayer, hice mi primera maldad...de tan solo pensarlo me da pena y vergüenza...que los soldados hayan sido regañados por Peter por mi culpa...nunca lo había visto tan enojado... no puedo olvidar que me dio mucha risa, tanto por los soldados siendo regañados, como por Peter por no ver la verdad de sus actos, pero claro, fue una risa que tuve que reprimir, pues si me reía frente a todos, sería bastante sospechoso y eso no sería divertido... no puedo esperar el momento en que...
- Espera... ¿Qué?... ¿Cómo puedo tener esa clase de pensamientos?... esto no puede ser posible...no, no, no, todo menos eso... - Es como si, por un momento...fuera ella...
Caigo al suelo inevitablemente, al darme cuenta de la gravedad de la situación, comienzo a hiperventilar, de mis ojos caen lagrimas silenciosas, mientras trato de reprimir algún sollozo que quiere escapar para no ser escuchada, miro el piso, veo como poco a poco comienza a formarse una ligera capa de hielo a mi alrededor, que comienza a extenderse cada vez más por mi habitación.
Mi respiración se detiene, al momento de ver que el hielo está a punto de pasar debajo de la puerta, trato de detenerlo, pero en vez de que se desvanezca se incremente, la capa de hielo deja de ser delgada y ligera, para ser más gruesa, entro en pánico, si el hielo pasa la puerta estaré en graves problemas.
Trato de calmarme, pero nada funciona, el hielo está a punto de atravesar la puerta, ya no habrá nada que lo detenga, cierro mis ojos esperando el momento, cuando escucho una voz.
- Entrando en pánico, nunca lograras nada, solo te provocara problemas innecesarios – Miro hacia la puerta y la veo, una chica de no más de catorce años, de cabellos negros como la noche, ojos cafés y piel blanca como nieve, usaba un vestido de color blanco muy bello, su cabello se encontraba suelto y le llegaba hasta la mitad de la espalda, ella me miraba con gentileza mientras me ofrecía una sonrisa amable.
- ¿Quién eres? – Logro preguntarle.
- Mi nombre es Judi, solía ser la bruja blanca
Fin del flashback
Desde ese día, Judi me ha estado enseñando como controlar mejor este poder, aunque algunas veces no puede evitar el disculparse conmigo por haberme provocado tanto dolor.
Le digo que no es su culpa, pues después de haberme contado su historia, no hay forma de que pueda molestarme con ella.
- No llores Judi, no es tu culpa, tú lo sabes
- Pero si lo es... si no fuera por mi...
- Si no fuera por ti, nunca hubiera descubierto Narnia y no sería lo que soy ahora
- Pero...t-tampoco tendrías que recurrir a esto...
- Ambas sabíamos que en algún momento iba a suceder, así como tú lo hiciste
- Yo no quería esto...lo siento tanto...
- No te disculpes
- Ya va llegando el momento – Decía mientras se secaba las pocas lagrimas que adornaban su rostro.
- Lo se
Pronto llegara el momento en que tendré que tomar la decisión de algo que no quería tomar en cuenta, pero sé que no puedo ocultarlo por mucho más tiempo, no tengo opción, por más doloroso que sea para mí, quiero por lo menos creer que los estoy salvando de un enemigo que jamás pensaron ni consideraron, ni en sus más locas fantasías...yo...
Miro a través de la puerta del balcón para contemplar la bella luna que ahora se presenta en el cielo, como si estuviera diciendo que la noche le pertenece, que, sin ella, la noche no es nada más que oscuridad donde nada podría ser visto, las estrellas no serían suficientes para poder iluminar la noche misma.
Suspiro nuevamente.
Tengo que hacerlo, tengo que tomar la fuerza suficiente para poder hacer esto, por Judi, por ellos, por mi...por Narnia.
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Las Crónicas de Narnia: El tormento de la reina
Fiksi PenggemarLucy Pevensie a la edad de 20 años, le oculta un secreto a sus hermanos, un secreto que la ha atormentado desde hace tres años, ella puede ver a la bruja blanca tanto en sus sueños como en su vida diaria, para evitar lograr el cometido de la bruja a...