Una hoja de papel tiene más propósitos que el de solo escribir. Debe ser maleable, compacta y ligera. Puede estar en blanco o rayada con horribles garabatos; contener números o letras; no tener valor o ser invaluable. El pedazo de papel en mis manos, seguramente pertenece al último grupo. No sé con certeza por qué lo sigo guardando.
Mi abuela hablaba sin parar. Mi mamá hablaba sin parar. Aníbal y mi papá estaban callados. Todos estaban alegres y tristes a la vez.
¿Tristes?
– Es mejor parir normal que por cesárea, duele más, pero es un solo dolor, en cambio la operación hará que te quedes en cama más tiempo – Dijo mi mamá.
– Si prefieren sacarse al pelao así, déjalos. Supongo que su marido prefiere que siga apretando después de parir– Aportó mi abuela.
– Ese día hacemos una fiesta enorme y me emborracho– Dijo Laura.
– Mejor no tomes mucho, puta, después empiezas a abrirle las piernas a cualquiera– Dije yo.
Me hicieron la fiesta para recibir al bebé. Habíamos planeado la cesárea y todo salió a la perfección. Estaba alegre de ver a mi prima. Los primeros meses habían sido muy difíciles.
¿Meses?
Aníbal había conseguido un trabajo medio tiempo y hacía lo que podía para no dejar la carrera de lado, todos dicen que cuando vea la oportunidad me dejará por alguna otra, pero la otra que venga tendrá que hacer mejores cosas que las que yo le hecho a ese Dientón para llevárselo. Además, tal parece que me quiere de verdad, no solo lo digo porque sí. Ya veremos con el tiempo, hasta ahora todo está bien y es bien sabido que lo más difícil está por venir.
Cuando la doctora propuso la fecha de la cesárea la cara que puso Aníbal me daba una risa tan atroz que sentía que iba a dar a luz antes de tiempo. La primera fecha que propuso eran nueve meses exactos después de eso, después de echarme a reír un buen rato dijo que sí.
Nunca me pidió una prueba de sangre o sugirió en algún momento algo que me hiciera notar que dudaba. Para mí el siempre dudó, pero no importaba porque de una manera u otra él se haría cargo del niño.
Más de una vez discutimos porque él quería saber el sexo y yo prefería el misterio. Digamos que para esa ocasión él ganó y nos dio tiempo de preparar todo como se debe. Como se pueden imaginar quiso que se llamara William en caso de ser niño y dijo que me dejaría a mí escoger el nombre en caso de ser niña.
–Te hubiese metido la de William por el culo.
Le dije al oírlo.
Al final yo gané y se llamó Roberto.
¿Roberto?
Como mi primo que falleció.
¿Por qué se llama así?
Nació bien de peso y con excelente salud después de un tortuoso parto de varias horas.
Era una bella mañana y todos parecían más alegres que de costumbre, esta vez el protagonismo había pasado a la persona más pequeña del hogar.
Con sus tres libras y 57 cm se alzaba como el indiscutido rey de la casa. Cristina, mi abuela, una señora de cabellera plateada y sin pelos en la lengua alzaba al pequeño como si de un trofeo se tratara, dicha imagen me estremeció, un poco preocupada desde la mecedora de mi casa que ella, de cierto modo, sufriera un accidente y el pequeño inocente cayera. La sala de mi casa era minúscula en comparación con la cantidad de personas presentes. Teresa, mi mamá, una señora morena de cabello castaño corto y ondulado; Antonio, mi papá, un hombre de piel clara, alto y grueso, con una peculiar sonrisa en el rostro; Laura, mi prima, una chica dos años mayor que yo, su cabello castaño estaba mejor cuidado que el mío, al igual que su piel canela, incluso sus ojos eran de un verde más bonito que el mío, unos centímetros más alta y más delgada que yo.
– Es un niño precioso, se parece mucho al papá de Aníbal– Dijeron mis papás que habían visto las fotos.
Laura lo cargó, lo meció con ternura y le dio un beso en la frente. De repente se lo quedó mirando fijamente, como si acabara de darse cuenta de algo extraño. Me miró con disimulo y me dedicó una sonrisa traviesa, como cuando éramos niñas.
– Tiene la naricita un poquito grande ¿No te parece? – Inquirió Laura.
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Tres Son Multitud
RomanceWilliam es un joven desafortunado; Aníbal un muchacho intrépido; Laurel una chica atrevida. Los tres nos contarán su historia, cada uno a su manera, de cómo querían hacer un trío. Pero cada uno tiene algo más que contar que solo eso...