Cap 8. Paciencia

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"La paranoia es una forma de conciencia, y la conciencia es una forma de amor"​  


Abre el closet y sujeta unas medias largas y las desliza por sus piernas, llegando justo arriba de las rodillas. Se siente deportiva y cómoda. Se ajusta la falda de jean y la blusa blanca de tirantes con la chaqueta que hace juego a su falda. Se peina su cabello y lo recoge en una coleta alta para sujetar su móvil y marcar el número de su novio.



Espera recostada en la puerta de entrada, timbra y timbra pero nadie responde. Suspira y se mira al espejo, se siente nerviosa, quizá porque Sasuke tenía razón en decir que Naruto era un célopata, pero aun así Sasori le ha comentado en varias ocasiones que confía en él, y el Uzumaki nunca ha negado aquello. Suspira y sujeta las llaves de su apartamento, saliendo del lugar. Al caminar al otro lado ve la moto de Sasori parqueada. Maldito idiota. Sus mejillas se tornan carmín por la vergüenza al ser chantajeada por su preciado maletín, más bien, por los utensilios que lleva dentro.


Toca un par de veces la madera y la puerta se abre frente a ella.



—¡Oh! Ha llegado una explosiva invitada —tararea Deidara abriéndole paso.



Sakura le saluda con una sonrisa y busca a Sasori con la mirada, encontrándolo al lado de Itachi.



—Vengo por mi maletín —habla y siente su cara arder por la sonrisa ladina de Sasori.


—Al parecer se conocen más de lo que pensaba —Sakura desliza su mirar y se encuentra con los orbes ónix sobre ella. Siente la necesidad de negar pero su cuerpo se queda estático al tenerlo al frente.


Sasori frunce el entrecejo imperceptible para los presentes.



—¿Naruto sabe que estás aquí?



Itachi eleva una ceja ante la cuestión de su hermano menor, juzgándolo como si fuese su guardaespaldas mientras el novio no estuviese presente.



—Le llamé pero no respondió —sonríe y le mira a los ojos. Sasuke denota el brillar en estos y sonríe irónico.



—Hmp. Ahora te llevo la mochila —Sasori lo escucha y se sorprende levemente al igual que Sakura, la cual asiente y se despide de manera educada saliendo del lugar.



Itachi se sienta en el mullido sofá y clava la mirada en su hermano menor, el cual voltea y observa el ceño fruncido en Sasori, la sonrisa burlona en Deidara y la mirada inquisidora de su hermano mayor. Pasa de largo con las manos en los bolsillos y sube las escaleras rumbo a su habitación. No sabe si la sensación de interrumpir planes es dueña de sus entrañas en ese momento, pero no se siente nada mal, al menos no para él.



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Sakura enciende el televisor y se despoja de las zapatillas, sin dejar de sentir la vergüenza del demonio por sentirse intimidada en aquel apartamento. Cuando planea levantarse y prepararse una bebida de fresa el timbre suena y ella se sobresalta. ¿Quizá estaba coqueteando? Tal vez ella si lo hizo, tal vez fue de manera inconsciente, o tal vez no.

Odio en movimiento. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora