- ¡Sr. Grandchester! – Exclamo y tengo que alzar la vista para ver su rostro, ya que el hombre que tengo frente a mí, me lleva varios centímetros de altura.
Es más que obvio que la bata del hospital no le favorecía en lo absoluto y tengo que reconocer que, sin ella, él luce muy diferente. El señor aparición viste una camisa color vino y un pantalón de mezclilla azul marino, que combina con unos mocasines color beige. Su cabello está recortado, al igual que su barba, haciéndolo lucir mucho más joven, pero sobre todo, mucho más atractivo. Por si eso fuera poco, su perfume entra rápidamente a mis fosas nasales, embriagándome por completo.
Mi cerebro, incapaz de pensar coherentemente debido la impresión que me da verlo, le permite a mi boca decir la primera tontería que se le viene en gana - ¡Se cortó el cabello! – Murmuro y él me mira con asombro, tal vez porque no esperaba que yo lo hubiera notado.
- Sí, bueno, quería dejar atrás mi look de hippie vagabundo... - Él pasa sus dedos entre sus cabellos, despeinándose un poco.
- Se ve mejor así... - Le digo, tratando de recuperar la compostura.
- Gracias.
- Pero dígame, ¿qué lo trae por aquí?
- Vine a nuestra sesión...
- ¿A nuestra sesión?
- Sí, ya sabe... A nuestra sesión de amigos – Me dice, esbozando una sonrisa.
- ¡Oh! Bueno, lo que pasa es que yo ya iba de salida, hace una hora que terminó mi turno.
Él se encoge de hombros y la decepción se hace presente en su rostro, borrando de golpe su sonrisa.
- Que tonto, de verdad no lo sabía. Ayer le pregunté a una de las enfermeras y ella me dijo que usted solía salir a las 5 de la tarde, es por eso que yo me atreví a...
- Generalmente suelo quedarme más tiempo del que debo, pero mi horario es de 7 a 3.
- Bien... En ese caso regresaré otro día – Me dice, visiblemente molesto.
El hombre se da la vuelta y comienza a caminar por el corredor.
- Sr. Grandchester...
- ¿Sí? – Me pregunta, girándose rápidamente hacia mí.
- Aún me quedan unos minutos libres.... Si usted quiere, podemos tener una sesión exprés.
Esa enorme sonrisa vuelve a aparecer en su rostro y él comienza a caminar de nuevo hacia mí – Eso suena perfecto, Srta. White.
Los dos entramos a mi consultorio y nos sentamos a lados opuestos de mi escritorio. Puedo notar que él está nervioso, ya que no deja de mover sus piernas.
- Tranquilo Sr. Grandchester, no voy a morderlo.
Él me observa de manera pícara y su sonrisa se amplía, dejándome ver su dentadura perfecta - Qué lástima, me hubiera encantado que lo intentara.
Su respuesta me toma desprevenida, haciéndome sonrojar, sin que pueda hacer nada para evitarlo.
- ¿Es la primera vez que usted acude a terapia? – Le pregunto, en un intento por desviar el tema.
- Sí, y aunque no me guste admitirlo, tengo que confesar que me siento aterrado.
- No se preocupe, le prometo que no le va a doler.
- Mmm... Yo tengo mis dudas.
Él comienza a observar, con mucha curiosidad, los portarretratos que tengo dispersos por toda la superficie del escritorio.

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Acaricia mi alma
FanfictionCuando hemos perdido la fe, la vida nos muestra un rayo de luz para hacernos ver que la esperanza es lo último que muere. Terryfic.