Libérate

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Justo cuando estoy abriendo la puerta de mi departamento, escucho que el teléfono comienza a sonar. Yo emprendo la carrera hacia la sala, para alcanzar a tomar la llamada, cogiendo el aparato con rapidez.

- ¿Diga?

- ¿Perrera municipal?

De inmediato reconozco la melosa voz de Annie, mi mejor amiga.

- ¿Te han dicho que eres pésima fingiendo ser otra persona?...

Ella suelta una carcajada y su risa aguda me obliga a separar el auricular de mi oído por un momento.

- Esperaba que me marcaras el fin de semana.

- Anthony vino de visita y... bueno, tú sabes...

- Sí, ya sé, estuviste esposada a la cama, teniendo sexo salvaje durante todos esos días...

- No tanto así, pero...

- No me digas nada... Ya sabes que tienes que contarme todos los sucios detalles en persona.

- Está bien, te juro que lo haré la próxima vez que te vea.

- Te tengo una buena noticia.

- ¿Estás embarazada de nuevo?

- Ay no, ¡Dios me libre!...

- ¿Entonces?

- Archie va a ir a Lakewood el fin de semana, va a pasar allá el cumpleaños de mi suegra y se va a llevar a las niñas.

- ¿No vas a acompañarlo?

- No me dieron permiso en el trabajo.

- Que mal...

- ¿Sabes? Estaba pensando en hacer una pijamada...

- ¿Una pijamada? Eso suena tan... del cuarto grado...

- Sabes a qué me refiero...

- ¿A noche de congestión alcohólica?

- Tú siempre lo haces sonar peor de lo que es...

- Por si no lo recuerdas, en la última "pijamada" que tuvimos, terminé internada en la sala de urgencias...

- No es mi culpa que el alcohol haya estado adulterado... Pero esta vez va a ser algo "tranquilo"... Un pre-copeo en tu departamento o en algún bar, antro hasta las 3 de la mañana y de ahí plática de chicas hasta el amanecer. ¿Qué te parece mi idea?

- Suena bien...

- Oh, Dios... Ya me vi bailando en medio de la pista...

- Estás completamente loca.

- Si Susy aún estuviera con nosotras, apoyaría mi idea sin dudarlo.

- Sí, creo que tienes razón, ella siempre fue más... como tú.

Se escuchan unas voces infantiles de fondo y Annie comienza a gritarle a una de sus hijas - Madison, suelta ese jarrón, no lo vayas a... ¡Madison!

- Mami, tú me dijiste que lo soltara – Le contesta una vocecita.

- Candy, te marco después, tengo una contingencia familiar.

- Sí, no te preocupes, luego nos ponemos de acuerdo. Me saludas a Archie y a las niñas.

- Yo les doy tus saludos. Adiós.

Acaricia mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora