*Capítulo 7*

968 56 14
                                    

(Rafa)

El pequeño mantiene la mirada baja, exhala por momentos y sus ojos se tornan vidriosos.

—¿Gabriel?

No me contesta, sigue en esa odiosa postura tímida, me está sacando de mis casillas.

—¡Gabriel! —Retumba en las paredes, mi exclamación da una reacción de espanto en su aura—. Este...

—Rafael, es muy inc... —se contiene la voz profundamente entrecortada; no llores, por favor. Soy un idiota—, me quiero morir, Rafael. —Susurra.

—No digas eso, pequeño. —No sé cómo acercarme a éste ser tan indefenso.

«Tal como lo hiciste ayer, imbécil»


(Gabriel)

No quiero despegar mi mirada de esos profundos ojos, sus pestañas adquieran una velocidad sin precedentes.

Flores, macetas, casas con balcones, pero qué mierda es lo que se atraviesa por mi cerebro. ¿Por qué al verlo?

—Rafa...

—¿Por qué tu aroma se me hace tan conocido?

—¿Por qué siento que me estoy viendo en un espejo?

No comprendo, ¡qué carajo!

—¡Gabriel! Estás temblando...


(Rafael)

Su mirada se torna perdida, detrás de mí no hay absolutamente nada. Me está tomando el pelo.

—Rafael... ¿tú también lo sentiste?

—Qué cosa.

Déjà vu

—¿De qué hablas?

Ahora que lo pienso, tiene razón, alguna falla dimensional estará cruzando éste plano. Por favor, que termine rápido éste defecto.

Estira su brazo y señala mi pecho, se aproxima... joder, mi corazón.

¿Qué demonios intentará hacer?

—Estás tenso.

—Gabriel, esto no tiene ningún sentido, por favor te ordeno que pares, no es divertido.

Como si se tratase de un trance, Gabriel rápidamente sacude su cráneo, retrocede de prisa y su rostro palidece, agacha la mirada; ahora se ha sonrojado, vaya conejito.

Sus pupilas se dilatan, y su pecho se infla de forma repentina, acabo de presenciar uno de los momentos más extraños de mi jodida vida, hay algo que se me mueve dentro de mí, una presencia fuera de éste mundo, no puedo explicar el inconmensurable cosquilleo en mi estómago; ¿pero no me lo puedo explicar? Simplemente es algo que no se puedo procesar, incomoda.

—Perdón por mis estúpidos arranques, te juro que nunca me había pasado esto.

—No te disculpes, Gaby. —Te perdono.


(Gabriel)

La clase de ED es eterna, por momentos creí que moriría. Rafael es una persona totalmente diferente, su aura creciente es oscura, de una tonalidad vino, me avisa que aún lleva pureza, pero la seriedad; en mi caso es oscura, la que percibo de esa manera, será porque estoy envenenado desde que nací.

delicado; reflejos © [LIBRO 1# Saga DELICADO] (DISPONIBLE EN AMAZON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora