*Capítulo 11*

430 25 1
                                    

—Gaby... ¿no gustas un juguito de mango? Están muy ricos.

Su actitud me ha estado molestando un poco, aunque prácticamente está vigilando mis movimientos después de haber contado mis experiencias negativas.

—¡Rafael! ¡¿Qué te pasa?! Gaby está asustado.

El mayor voltea a ver a Verid, con ojos vidriosos exclama.

—¡¿Cómo le puede pasar tantas mierdas a una personita tan pequeña e indefensa?! ¡A alguien delicado!

—No lo sé. No lo sé. Vamos, hombre, tranquilízate, no pasa nada. Eso ya pasó.

—Verid... es que me duele.

—Pero ¿por qué? Él... apenas lo conoces, pendejo. —Balbucea con ironía.

Rafa baja la mirada, esconde sus manos en los bolsillos de sus pantaloncillos y expande los ojos.

—No. No. Noooo, ¿estás pendejo? ¡¿Eh?! No me digas que te quieres c...

—¡Verid! —Expande los brazos y mira a los costados y hacia atrás—. Hombre, creo que ya...

—¿Estás demente? —Susurra—, pendejo, te vas a meter en problemas.

—Güey, es que, él es diferente, no sé, tiene algo que... que, esa esencia tan juvenil...

—Rafa, muy tu pedo si te gustan los menores. Aquí la pendejada es que las personas de fuera te tacharán de pedófilo, sabes como son.

—¡No soy pedófilo!

—Pero... ¿observas a Gabriel? No parece que tenga 17 años, tú ya estás ruco. 27. 10 años de diferencia, la sociedad te metería a prisión si se entera.

—¿Qué dirías tú?

—Me valdría madre lo que la gente piense.

—¿Ves? Eso es contradicción, ¿por qué yo no?

—Por lo mismo, tú eres tú. Tienes tu propia idea de la moral, una ideología propia, sobre todo ¡criterio!

—La gente puede cambiar de opinión, Verid. ¿Qué te pasa? Ya no eres el mismo valemadrista inteligente de antes.

—Mira, Gaby... paquetes de galletitas. ¿No te gustarían unas?

Desde que llegamos al mall no ha dejado de preguntarme sobre si quiero prácticamente todos los productos...

«Gabrielito, ¿te apetecen unas uvas?»

«Pequeño, te vendrían bien unas tintas de sabor»

«¡Gaby! ¡Hay un descuento en papas fritas, llevemos unas pocas! »

Y sí, fueron una de las mejores papas que he probado, también el mejor jugo de mango y sobre todo un delicioso chocolate en chispas.

—Rafa —bajo la guardia y desciendo la vista al suelo—, m-m-me da mucha vergüenza que estés gastando, no es necesario. Con lo que me has comprado es suficiente. Además, me estás asustando.

Arrastra sus brazos a mi espalda, la sección de galletas y café nos hace el mejor de los favores: resguardarnos.

Su aliento a chocolate forma una tormenta en mi cabello y oreja, me da un pequeño abrazo y me dice.

—No es molestia, me he pasado de capullo el día de hoy, quisiera poder...

—Remediarlo, ¿es eso?

Suspira.

—Sí. Eso.

Toma mi brazo, de manera suave abre mi puño y pone sobre él un paquete de galletas con chispas de chocolate que tanto ha insistido comprarme.

Me da un besito en la mejilla y sacude mi nariz.

—Oh, ¿qué tenemos aquí? Creo que a alguien se le ha caído la nariz. —Suelta risueño.

La forma en que me sostuvo, fue como cuando una leona protege a sus cachorros... su almendrada mirada penetra mi visión tailandesa, cabrían sus ganas de cenar dentro de mí. En el fondo, la canción ''Reflection'' se hacía presente, una versión tan instrumental que podría jurar olvidar el verdadero significado de la letra. Incluso me hizo recordar a Fedra platicándome el por qué ama demasiado la música asiática, y los planes que lleva encima sobre ir a Japón y Corea del Sur, sabe que no se puede viajar con 3 dólares.

—¿Sabes cómo podrías remediarlo?

—¿Cómo? Pequeño.

—Golpeando a mi hermano. —Digo en broma y me suelto a reír.

—No hay problema.

—¿Quééééé? Lo digo en broma.

—Sí, lo golpearé, ganas no me faltan.

—¡Rafa! Nuuuu. —Tratando de imitar la reacción de un niño pequeño, me cruzo los brazos, suelto un puchero y me doy la vuelta. Le miro de reojo.

—Me pones cuando te comportas así. Vamos ya, niño escandaloso.

Deja los tres productos de higiene que llevaba en manos y me levanta de la cintura, me pone boca abajo y me lleva a su hombro izquierdo, mis pies tocan su abdomen y parte alta del pantalón.

—¡Nooo! ¡Ya bájame! ¡No soy un bebé!

—Para mí lo eres, niño her-mo-so.

Esas palabras. Esas sencillas palabras hicieron que mi corazón latiese, que me llevaran a una dimensión donde solo existamos Rafa y yo, aquí comienza la conexión, ¿será que esto nos llevará a la magia? ¡Me siento tan seguro! Y tan apenado.

¡Holaaa, personas de amor y paz! 7u7r ¿Todo bien?

Espero que estén mejor que nunca. Me he tardado muchísimo en traerles nuevo episodio de Delicado, últimamente he estado estresado por asuntos personales, pero creo que es muy muy bueno escribir y leer, son mi medicina. :3

Hoy el capítulo ha estado muy corto, y me he enfocado más en estos dos locos hambrientos jejeje 7u7r. De todos modos, estamos en la etapa introductoria, así que... con calma, con calma. :3

Bien, me tengo que despedir, nos vemos hasta le próximo capítulo. ¡Bonita lectura!

delicado; reflejos © [LIBRO 1# Saga DELICADO] (DISPONIBLE EN AMAZON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora